»Capítulo 21«

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~H E L E N A~

Por un instante me quedé en blanco. Los dedos me temblaron, me aferré y se los enterré en el brazo a Matthew. Tan sólo sentí la presión casi escurrirse por mis piernas y luego sólo entreabrí los labios, queriendo volver a hablar.

-Helen, mírate, qué sorpresa verte por estos rumbos -allí estaba ella, justamente la persona que causó que todo se desmoronara. Estaba sonriéndome, casi dirigiéndose hacia mí como si jamás hubiera pasado nada-. Y estás esperando un bebé, felicidades. ¿Quién es el afortunado?

-Helena, ¿quiénes son ellos, puedes decirme, por favor? -al decir eso, finalmente Matt me apretó la mano como respuesta, así que lo intuí como aliento de que me apoyaba.

-Si, claro, hum... -el corazón ya me martilleaba y sentía que el aire me faltaba, pero pude disimularlo bastante bien mientras la mirada de él se incrustaba encima de mí-. Ellos son Samantha y Peter.

-Un placer, Matthew Murdock -se presentó con esa formalidad típica que usaba para el trabajo mientras extendía la mano.

Ellos se presentaron, después Peter habló por primera vez e inclusive sentí una sensación extraña en la boca del estómago, como si fuera a vomitar en cualquier momento.

-No sabía nada de ti desde hace unos meses. ¿Cómo has estado?

-Bien, gracias -dije rápidamente, desviando la mirada y notando de reojo a Matt.

-¿Vienen de vacaciones? -escuché a Matt preguntarles.

-Si, son vacaciones de San Valentín. Pronto habrá más tiempo para las de luna de miel -Samantha no tenía descaro, siempre era tan directa, tan prepotente y tan cruel-. ¿Qué hay de usted? ¿Vive en esta ciudad?

-Desde siempre -sonrió con cortesía, mientras que yo sólo permanecía callada, tomándole el brazo a mi mejor amigo sin querer que me soltara.

Si lo hacía, probablemente se me flanquearían las piernas y me doblegaría.

-¿Cómo es que te miro y aún estoy sin creérmelo? -Samantha al decir eso, incrustó su mirada como si pudiera traspasarme el alma-. Estás radiante, Helen.

-Eres una imbécil -sisee mientras por fin dejaba toda la farsa de la buena cortesía y vislumbré que esa sonrisa que esbozaba sus labios era reemplazada.

De la falsa amabilidad a una astucia genuina como la zorra que era.

-Helena... -quiso hablar Peter, pero lo señalé.

-Y tú un hijo de puta -de inmediato solté esas palabras que siempre quise decirle de frente.

-¿Un hijo de puta?

-¡Una mierda, Peter Reid! -vociferé sin importar que las personas me escuharan-. ¡Y tú, maldita...!

Quise aproximarme hasta Samantha, pero Matthew me detuvo y me llamó.

-Helena, cariño...

-¿Cariño? -Samantha rió en bajo-. Lo tenías bastante guardado, por un momento creí que... -me miró el vientre, pero pronto cambió de parecer-. En fin, eso me demuestra bastante cómo eres en realidad, Helen.

-Helena. Soy Helena, hipócrita -comenté mientras sentía que la sangre me hervía. Las mejillas se me estaban calentando, incluso casi me atrevo a decir algo de lo cual me arrepentiría, pero Matt estaba allí para detenerme.

-Si, pero siempre fuiste una donnadie -y Peter la escogió a ella. La escogió aún cuando sabía cómo era. Aún sabiendo que alguna vez la llamé amiga-. De no ser por Peter, no serías lo que eres. Y ni un gracias dijiste.

𝐒𝐚𝐯𝐞 𝐲𝐨𝐮 𝐟𝐫𝐨𝐦 𝐇𝐞𝐥𝐥 [𝐌𝐚𝐭𝐭 𝐌𝐮𝐫𝐝𝐨𝐜𝐤]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora