»Capítulo 79«

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Dieciocho de mayo de 2024.

Michael estaba emocionado por dos cosas. La primera, básicamente, se trataba debido a que era su primera vez saliendo de viaje. Eso, agregándole que era su primera vez subiéndose a un avión. Y la segunda, por supuesto, conocer de dónde era su papá Peter. Si contaba mejor, en realidad, eran por tres cosas.

Matthew aún estaba despierto tras tres horas de vuelo. Hubo un retraso, así que serían ocho horas en total y ahora mismo Helena junto con Michael se acurrucaban, siendo el niño quien estaba cerca de la ventana, puesto que quería ver Londres cuando por fin pudieran aterrizar.

Eran las tres de la mañana, habían decidido tomarlo más tarde porque era más económico y era, al parecer, el único vuelo disponible con tal brevedad. Todo el mundo dormía, menos Matt, quien estaba relativamente nervioso, más bien, tenso; los hombros como rocas inmóviles y duras; la espalda, erguida; y su rostro, inmóvil, con cierto movimiento tembloroso de su manzana de Adán.

—¿Mmm? ¿Mickey? —Helena se despertó, removiéndose en su asiento, algo somnolienta. Murdock ladeó su cabeza, luego danzó sus ojos contra el vacío y se preparó en responder cualquier cosa que le preguntara la morocha a continuación—. Creí que dormías.

—No, hum... —susurraba, intentando no despertar a ningún pasajero— creo que tengo insomnio, no es nada grave.

—Matthew —le llama Helena, así que se remueve en su asiento, viendo de reojo a Mike, quien estaba con su boca abierta y babeando un poco. Se devolvió hacia el abogado y añadió—. ¿Esto es por haber dejado Hell's Kitchen?

La risa nerviosa y ronca de Matthew estremece a Helena, pero se abstiene porque sabe que no era el momento. "Putas hormonas", pensó la mujer internamente y sólo mueve sus hombros, removiéndose en su asiento al mismo tiempo.

—A veces das miedo, ¿sabes? —bromea entre susurros y entonces Barton se muerde los labios para no reír fuerte.

—Tienes que soportarme así, Murdock —dice ella en el mismo tono bajo que él y el hombre no duda en buscar su mano, tomándola con cuidado.

Sus frentes se unen casi de inmediato, lentamente y con su debido tiempo, pero parecen estar sincronizados para simplemente aproximarse y sentir sus cercanías. El amor era mutuo, pero en ocasiones necesitaban sentirlo físicamente para reforzarse.

—¿Crees que estamos haciendo las cosas bien? —musitó ella, suspirando.

—Desde el instante en que decidimos dejar a Michael elegir por sí solo, Lou —le responde él, con un tono dulce y reflexivo.

Helena no tarda en inclinar su cabeza hasta colocar su mejilla en el hombro de él, sin necesidad de esperar demasiado tiempo para sentir el beso cálido de Matt contra su coronilla.

—Estoy más tranquila de ese modo.

—¿Necesitabas escucharlo?

—Como no tienes idea —sisea y entonces sus ojos se llenan de lágrimas y gira unos momentos, viendo a Michael dormir—. Sólo quiero protegerlo de todo. Y conociendo a los Reid, tengo terror de que se revele que...no nació como él.

Matthew asintió un poco, comprendiendo a qué se refería y sólo movió unos segundos su pulgar sobre los nudillos de la morocha hasta que organizó las palabras para expresarlas oralmente.

—Sabes que eso ocurriría, pero sólo cuando sea su debido tiempo. Michael, quizá...cuando sea mayor, busque la aprobación de su verdadero padre. 

—De su otro padre. No te confundas, Murdock —bromea ella para aligerar la tensión de la situación y la risa ronca y encantadora de Matt resuena cerca de su oído.

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⏰ Última actualización: Oct 16 ⏰

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𝐒𝐚𝐯𝐞 𝐲𝐨𝐮 𝐟𝐫𝐨𝐦 𝐇𝐞𝐥𝐥 [𝐌𝐚𝐭𝐭 𝐌𝐮𝐫𝐝𝐨𝐜𝐤]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora