»Capítulo 69«

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Veintiocho de noviembre de 2023.

—¿Nerviosa?

Helena deja de jugar con sus dedos y entonces irgue la espalda, intentando mantenerse algo relajada, aunque estaba realmente nerviosa en ese instante. 

—Creo que es normal —bromea con la doctora, la cual está por acomodar la camilla para que su paciente se ponga cómoda. 

—Bueno, eso es verdad. No eres la única que viene así, no te preocupes —se da la vuelta en su silla hasta que por fin toma algo de su mesa—. ¿Vienes sola?

—Hum...no, de hecho, estaba esperando a alguien que...

Y se escucha el golpeteo de los nudillos de alguien en la puerta. La doctora entonces se alza, abre la puerta y no tarda en que Helena alce su cabeza, alargando el cuello para ver quién había llegado. Nota cómo el golpeteo del bastón revela de quién se trata y al simplemente que la doctora se moviera, no tardó en asentir.

—Si, es con quien vengo. Mickey.

—¿Llegué a tiempo? —pregunta cuando la doctora lo ayuda a sentarse en la silla libre cerca de la camilla. Cuando se sienta, suelta un suspiro, extiende su mano y la morocha no tarda en sostenerle los dedos envueltos con los suyos—. ¿Cómo te sientes? Hola, por cierto.

—Hola —sonríe la mujer con una tierna sonrisa y asiente mientras agrega—. Hum, me siento nerviosa como la primera vez.

—¿Es su segundo embarazo? —pregunta la doctora, tomando el gel y alzándolo—. Lo siento, voy a alzarte más la blusa para ponerte un poco.

—Si, no hay problema —responde Helena y luego mira de reojo a Matt, quien suelta una risita.

—Bueno, es nuestro segundo embarazo, si, nos ha atrapado —explica Murdock, haciéndole círculos en la zona de los nudillos con su pulgar—. No es ella la única nerviosa, en realidad, doctora.

—Oh, los padres también se ponen así, no se preocupe —expone la mujer de la bata y después toma un aparato que jala con cuidado hasta que lo coloca al lado libre de Helena en donde ella podría observar la pantalla—. Bien, entonces... —toma el aparato, lo aproxima contra el vientre de la mujer y por fin se comienza a observar una extraña mancha con matices blancos, grisáceas y negras en el ultrasonido—. Okay, vamos a echarle un ojo.

—Y yo me pondré a esperar detalles —comenta Murdock.

—Oh, lo lamento, no quise... —se escucha apenada la doctora, pero Helena y Matthew ríen entre dientes y el abogado niega con la cabeza.

—No me molesta, no hay problema, doctora.

La doctora sólo aclara su garganta, prosigue con su trabajo y Helena arruga la nariz, apretándole la mano a Matt y mirando de reojo a su exnovio. Tras eso, sus ojos se enfocan en el ultrasonido, tomando un poco de aire mientras lo mantiene en sus pulmones algunos segundos. Era un ejercicio que había aprendido para poder calmar los nervios y la ansiedad, por lo cual, ¿qué mejor forma de ponerlo en práctica en esos momentos?

Matthew se da cuenta de ello y le devuelve el ligero apretón de la mano, acomodándose al mismo tiempo las gafas rojizas. Hubo algunos segundos de total silencio, sólo se escuchaba la forma en que se hacían extrañas burbujas en el vientre de Helena cuando el aparato se movía, buscando el modo de que Helena también entendiera un poco lo que observaba y pudiera darle detalles a Matt. Aunque no lo necesita, por supuesto.

—¿Ves esa pequeña mancha? —señala una extraña forma que hay en el ultrasonido y Helena comienza a buscar la forma.

—Un poco, creo que sí —su mano se aprieta contra la de Matthew, quien espera en silencio pacientemente.

𝐒𝐚𝐯𝐞 𝐲𝐨𝐮 𝐟𝐫𝐨𝐦 𝐇𝐞𝐥𝐥 [𝐌𝐚𝐭𝐭 𝐌𝐮𝐫𝐝𝐨𝐜𝐤]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora