Primero de octubre de 2016.
Matt tenía ahora la frecuencia de no llegar a su apartamento. Frannie lo había notado más de tres veces por semana durante los primeros días de julio. Sin embargo, no dijo nada.
No obstante, un día tan sólo no pudo con la duda y angustia, así que le habló a Lizzie sobre él. Ambas mujeres sabían que algo raro siempre pasaba con el hombre, pero esta vez era más notable. Sonreía más, incluso hacía más seguido comentarios graciosos que antes. Se habían triplicado y, por extraño que sonara, Lizzie Bridge tenía la certeza de que estaba con alguien.
-¿Te digo algo, Frannie? Siempre creí que Helena y él tendrían algo más.
-Vamos, él aparte de ciego, es demasiado sordo para darse cuenta -al decir ese comentario, Lizzie se retuvo la carcajada.
Presionó sus labios y, tras eso, la mujer de cabellera fogosa, curveó la sonrisa y ambas sólo rieron en bajo.
-Mal chiste -comentó la señorita Duncan.
-Definitivamente -expuso la señora Bridge y tras eso sólo tomó aire antes de continuar-. No hemos ido a ver a Helena y a Michelle.
Francesca sabía que el tema de Matt había quedado de lado, pero no se daría por vencida y sólo lo dejaría a medias. Después de todo, el que no regrese a su apartamento la mayoría de la semana era algo sospechoso.
-Podríamos ir.
Y después de ese día, justo cuando fueron a visitar a Helena, supieron toda la verdad. Lizzie soltó un chillido entusiasmada y abrazó durante todo el tiempo en que estuvo presente a la pareja.
Después de eso, por fin Frannie señaló con su dedo a Helena y expuso con un tono firme.
-Ya lo intuía.
-Si, por supuesto -expuso Lizzie y negó con la cabeza disimuladamente, causando una risita en la morocha.
Y era verdad que Matthew ya casi no iba a su apartamento. En cambio, había estado, de algún modo, comenzando a convivir más con su actual novia (a quien ni siquiera se lo pidió, sino que sólo confirmó y ella aceptó) y la pequeña Ellie que crecía diariamente.
Se despertó temprano. Apenas abrió sus ojos, se removió cuidadosamente y se encontró con la presencia de la mujer a su costado. Helena le abrazaba por la espalda, podía sentir su mano rodeándole por debajo del brazo. La respiración de ella estaba profunda y no podía evitar sentirse totalmente embelesado de su compañía.
Con cautela se alzó y sólo se dirigió hasta donde sabía que estaba la bebé. Efectivamente la cuna estaba enfrente suyo, y gateando mientras intentaba tomar las rejillas del mueble, Michelle Barton pudo elevar sus ojitos y encontrarse con el recién despierto.
Matthew sabía que sonreía y él le devolvió el gesto. Al hacerlo, la niña lo llamó entre balbuceos y el abogado se encorvó hasta que la tomó en brazos.
-Hola. Buenos días, madrugadora -le besó la mejilla regordeta y después buscó su camisa doblaba al lado de la mesita de noche-. ¿Ya tienes hambre?
La bebé balbució e incluso se talló el ojo, pero Matt entonces le susurró en bajo.
-Vamos, voy a prepararte el desayuno, ¿está bien?
Se encaminó a la salida con cuidado, se fue guiando al reconocer mejor el apartamento y finalmente encontró la andadera de la bebé. Michelle ya tenía cinco meses, así que al colocarla en medio del pequeño transporte, tomó el pequeño peluche que había dejado ayer y comenzó a golpearlo contra la mesita.
-Y nada de volver a golpearme los talones -le advirtió y después le acarició la cabecita en donde empezaba a salirle cabello oscuro.
Se encaminó a la cocina, buscó la papilla de la niña e inició con todo lo que necesitaba hacer para entonces precipitarse a ir hasta donde Michelle se encontraba.
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𝐒𝐚𝐯𝐞 𝐲𝐨𝐮 𝐟𝐫𝐨𝐦 𝐇𝐞𝐥𝐥 [𝐌𝐚𝐭𝐭 𝐌𝐮𝐫𝐝𝐨𝐜𝐤]
FanfictionPortada elaborada por @GhostPepper- Helena simplemente regresa a Nueva York después de dos décadas. La ciudad no era el mismo lugar de cuando era niña. Ahora tenían un héroe. El llamado Diablo de Hell's Kitchen. Al reencontrarse con Matthew Murdock...