»Capítulo 39«

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Capítulo dedicado a 

—No esperaba verte por aquí —expuso Foggy, causando que la mujer volteara la cabeza y entonces hallara al rubio abogado Nelson.

—Bueno, a ti tampoco, en realidad —expuso Helena y entonces ladeó la cabeza a la vez que se alzaba de su asiento y se aproximaba para sentarse al lado de Foggy—. ¿Todo bien?

—Debería preguntar lo mismo. ¿Cómo está Michelle?

—Con Georgette, está bien —miró de reojo al bartender y alzó su mano para que se acercara a tomar su pedido—. Básicamente me escapé un rato para... —giró y entonces sonrió con amabilidad—. Hola, si, me gustaría un whisky en las rocas, por favor.

—En un momento se lo traigo, señorita —Helena agradeció y Foggy la observó con cautela.

—¿Para pensar?

—¿Qué? —Barton incrustó sus ojos en el abogado.

—No terminaste la frase, así que... —se encogió de hombros— creo que le atiné, ¿cierto? Porque es lo que yo estoy haciendo ahora mismo.

—Estás de suerte, Nelson, has acertado —el bartender se le acercó y entonces le tendió su trago. Agradeció en bajo y le dió un sorbo antes de voltearse para hablar con Foggy—. ¿Cómo está Marci?

—En casa, todo bien también —hizo una breve pausa y después le dio un sorbo a su trago—. He estado pensando últimamente en algo.

—¿En mucho papeleo y archivado de tu exitosa carrera? —preguntó burlonamente Helena y Nelson soltó una risita entre dientes.

—Más bien, algo más personal —miró de soslayo a la morocha y de pronto continuó hablando—. ¿Cómo estás tú? Sé que siempre pregunto por la pequeña, por cómo va todo, pero...después de lo de hace meses, yo no quise molestarte constantemente y...

—No lo hacías, estabas preocupado —le interrumpió ella y Foggy se removió en su asiento, jugueteando con su trago entre sus tamborileantes dedos—. Pero, respondiendo a tu pregunta... —tragó saliva, exhaló y sólo se acomodó en su asiento también— ahora mismo, estoy... Bueno, he tenido mejores días.

—Hace unos días se cumplió otro mes —comentó el rubio y entonces ella asintió, dejando que el temblor en sus dedos fuera presionado contra sus muslos y el vaso de whisky—. Hay algo que debo decirte.

Había cierto aroma intenso a licor que desprendía de su boca, pero Helena sólo ignoró el estado en el que se encontraba (quizá un poco ebrio, pero no lo suficiente para perder la conciencia) y simplemente movió la cabeza, dándole a entender que podría seguir hablando.

—Yo le di el traje antes de que se fuera. Fui a su apartamento, lo tomé y mi única sensación era de que quizá sería una buena forma para darle un cierre a todo lo de el diablo de Hell's Kitchen.

—Sería sarcástica, pero yo también lo alenté —sonrió con debilidad y entonces agregó en bajo—. Y todo esto sólo por...

—Por intentar ayudarla y entrar en razón.

Aquella oración logró que algo brotara, incrementándose en una oleada de emociones confusas y aturdidas que se expresó mediante las facciones de Helena Barton.

—¿De quién hablas?

Foggy entonces unió sus cejas, se pasó la lengua por los labios y entreabrió su boca para después soltar lo que debía decir al respecto.

—Matt me dijo que La Mano había revivido a Elektra —el corazón de Helena se estrujó y entonces Foggy continúo—. Dijo que ella estaba siendo manipulada para ser utilizada como el arma secreta y que quería ayudarla. Por eso él...

𝐒𝐚𝐯𝐞 𝐲𝐨𝐮 𝐟𝐫𝐨𝐦 𝐇𝐞𝐥𝐥 [𝐌𝐚𝐭𝐭 𝐌𝐮𝐫𝐝𝐨𝐜𝐤]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora