»Capítulo 32«

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Por un momento, mientras Helena Barton soplaba las velas de su pastel, sintió una extraña sensación que le hizo ver una pequeña silueta sentada en el sofá de la sala.

No era algo de lo que pudiera preocuparse porque al ver a Matthew de reojo, vio lo despreocupado que se encontraba con Michelle en sus brazos.

Así que pensó en su padre una vez más, pero tan sólo se distrajo cuando Lila le pidió que partiera el primer trozo. Clint lo pidió con una media sonrisa en el rostro y sus ojos brillaron al ver a su sobrina.

Tenía fragmentos divagando en su cabeza. Fragmentos de los recuerdos que a veces le venían a la cabeza, pero esta vez eran más recurrentes debido al cumpleaños número treinta y uno de la pequeña Lena.

Recuerda dos veces en específico en que su hermano y él hablaron. Esas dos entre las otras llamadas que tuvieron debido a que, la primera, trataba de cuando Helena nació; la segunda, la última vez que habló con su hermano mayor.

—¿Barney?

—Hola, Clint —hizo una breve pausa y luego aclaró su garganta—. Yo...estoy en Hell's Kitchen, quizá tarde más en volver.

—¿Hubo alguna otra novedad que tengas que arreglar?

No hubo respuesta del otro lado de la línea y el joven Clint se quedó intranquilo.

—¿Barney, todo bien?

En cuanto llegue hablamos, ¿si?

Y tras eso colgó la llamada. Clint miró el celular con desconcierto y después esperó tres largas horas hasta que llegó su hermano mayor.

En cuanto abrió la puerta del apartamento en donde ambos se quedaban temporalmente, finalmente se alzó del sofá y caminó hacia él.

—¿Por qué sólo no dices que tienes un problema y...? —acalló en el instante en que miró el pequeño bulto envuelto que tenía cargando en su brazo—. ¿Qué...? —un pequeño quejido y luego se asomó hasta ver a Barney descubrir la manta.

Clint quedó inmóvil y entonces observó a su hermano arrullar al pequeño bebé que había llegado con él.

—¿Barney, qué has hecho?

Los ojos verdes de Barney vislumbraron a su hermano con una instantánea forma de indignación. Clint temió por un momento, pero permaneció firme para esperar respuesta de él.

—Lo único que voy a hacer es cuidar de ella —confesó.

—¿Qué? ¿Y por qué? ¿Cómo te harás...?

—Porque es mi hija —le interrumpió el mayor de los Barton sin quitarle de encima los ojos a su hermano menor.

—¿Cómo estás tan seguro?

—¿Recuerdas todas esas veces en que iba a Hell's Kitchen por las tardes tras terminar una misión? Si, bueno..., —hizo una pausa y por un instante sus ojos brillaron al ver a la bebé— ahora me doy cuenta del por qué Alba dejó de verme.

—¿Quién es Alba? ¿Es tu novia? —Clint estaba petrificado, incapaz de pensar en que Barney estuvo durante tanto tiempo mintiéndole.

—Lo era —sus ojos se humedecieron en un pestañeo y la mirada se le perdió en el rostro de la niña—. Sobredosis, justo anoche al dar a luz dos días antes. Su hermana me contactó, me dijo la noticia, yo...

—¿Qué tienes pensado?

—¿Qué? —Barney escuchó aquello y quedó confundido.

—Es tu hija, Barney —expresó Clint y luego colocó su mano sobre el hombro de su hermano mayor—. ¿Qué harás ahora?

𝐒𝐚𝐯𝐞 𝐲𝐨𝐮 𝐟𝐫𝐨𝐦 𝐇𝐞𝐥𝐥 [𝐌𝐚𝐭𝐭 𝐌𝐮𝐫𝐝𝐨𝐜𝐤]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora