Unos golpes en la puerta de su apartamento lograron que se alzara de su lugar, así que, en el instante en que lo hizo, se limpió la saliva y caminó trastabillando mientras bostezaba.
No recuerda cuánto durmió y en qué momento cayó rendida, pero tenía claro que Michelle aún debía dormir más tiempo y sólo la dejó en la cama, viéndola de reojo para cuidarla.
—¡Helena! ¡Helena, ¿estás aquí?!
Era Foggy. Unió sus cejas y no tardó en abrir la puerta, causando que el hombre del cabello rubio entrara como un torbellino, generando que retrocediera y cerrara la puerta con brusquedad.
—Oye, son las... —suspiró con pesadez—. Ni siquiera sé qué hora es, Foggy, pero en serio tienes un serio problema de nervios ahora mismo —miró fijamente al hombre enfrente suyo que se movía como si estuviera encerrado en una celda y entonces lo llamó de nuevo—. Foggy... ¡Foggy!
—Me prometí no mentir más sobre este tema, en serio que lo prometí —balbució y sólo hizo viajar sus ojos por varias partes antes de que se incrustaran en los atentos ojos avellanos de la morocha—. En serio que lo prometí y...y Helena, por Dios santo... —se pasó la mano por los labios y exhaló.
—¿Qué, de qué hablas? —Foggy guardó silencio—. ¡Foggy, ya habla!
No dijo nada. Foggy no dijo absolutamente nada, pero en su mirada estaba ese brillo que reconocería en cualquier momento. Podría tratarse de una sensación esperanzadora que se protege contra la propia crueldad de la desesperación. Y allí estaba de nuevo, mirándola de ese modo mezclado que le erizó los vellos de la nuca.
—Dime que finalmente no encontraron ningún cuerpo... —Foggy parpadeó varias veces, manteniéndose quieto—. Dime algo, Foggy —y se llevó las manos a los labios, admirando la ira e irritación que aún palpaba en su corazón, adornándola de esa sensación de rencor que aún tenía dentro suyo—. Foggy...
—Lo lamento, fue a verme después de que tú te fuiste, dijo cosas...cosas sin sentido sobre ridiculeces que realmente me dejaron... Oye, oye, ¿adónde vas? ¡Helena, espera! —y miró que la morocha se dirigía hacia su habitación, dando grandes zancadas antes de sólo presionar la mandíbula mientras se quitaba la blusa—. Hum, lo lamento, perdón, esperaré justo...
—¡Pura mierda, Nelson! —bramó Barton y Michelle se levantó en un sobresalto, así que arrugó el ceño y tomó a la bebé en brazos, aguantando las lágrimas mientras señalaba al hombre que desviaba la vista para no verla sin blusa—. ¡Es un cabrón en toda la extensión de la palabra! ¡Un cabrón hijo de...! —rugió y sólo se encaminó hacia el abogado, le extendió a la niña y él la tomó.
—Debía decirte, perdón, no quería mentirte, Helena, sé que...
—Llamaré a Lizzie —expuso en bajo y luego cerró de un portazo su habitación.
Foggy tuvo que ir a la cocina él mismo e intentar prepararle algo de desayuno a su sobrina, así que, en el momento en que le consiguió calentar un poco de avena, finalmente Helena salió cambiada, atándose el cabello en una trenza. Sus ojos se incrustaron en Nelson y él no tardó en tomar a la niña en brazos, dejándola en el suelo mientras olvidaba que aún apenas podía mantenerse de pie y cayó de costado.
—Sólo dame la avena, yo la llevaré —comentó Helena con un tajante tono y se inclinó para tomar a la bebé—. Vamos, cariño, veremos a la tía Lizzie. ¿Quieres ver a la tía Lizzie y al tío Vici? Si, por supuesto que lo harás —usó un tono más agudo y de falsa alegría, así que al final Foggy tomó la avena y la colocó en un vaso con tapa.
Ambos salieron del lugar y al momento en que dejaron a la niña con Lizzie, la mujer británica le preguntó si todo estaba en orden. Helena fingió que lo estaba y al final sólo se giró sobre sus talones, andando hasta dirigirse a su propio destino. Foggy iría por Karen y los tres se reunirían específicamente en el apartamento del cabrón (que Helena había llamado así cuantas veces necesarias en su cabeza) que logró hacerlos creer que estuvo muerto durante seis meses.
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𝐒𝐚𝐯𝐞 𝐲𝐨𝐮 𝐟𝐫𝐨𝐦 𝐇𝐞𝐥𝐥 [𝐌𝐚𝐭𝐭 𝐌𝐮𝐫𝐝𝐨𝐜𝐤]
FanfictionPortada elaborada por @GhostPepper- Helena simplemente regresa a Nueva York después de dos décadas. La ciudad no era el mismo lugar de cuando era niña. Ahora tenían un héroe. El llamado Diablo de Hell's Kitchen. Al reencontrarse con Matthew Murdock...