»Capítulo 48«

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Capítulo dedicado a DNStark

Veintiuno de mayo de 2017.

-¿Estás segura de que puedes...?

-Oye, tranquila, Helena, todo estará bien. Cuidaré de esta criatura preciosa -eso último lo dice con un tono medio dramático, por lo cual, la morocha simplemente juguetea con sus dedos y al final besa dulcemente la frente de su hija.

Sin embargo, mantiene sus labios en la zona durante más de cinco segundos, dejando que los ojos se le llenaran de lágrimas y se alejara cuidadosamente mientras veía a su pequeña.

-Te amo, mi niña. Mucho, mami te ama muchísimo.

La bebé abraza a su madre con cuidado, después toma la mano de Marci, la novia de su tío Foggy, y rápidamente entra al apartamento junto con la rubia. De ese modo, Helena se gira un instante y se encamina de regreso a su apartamento para alistarse a la repentina y escalofriante invitación que un tal Félix Manning le trajo por correo. La aceptó después de que el hombre expresó que el señor Fisk la esperaba con ansias, por lo cual, no tuvo más opción y simplemente temblaba al ver con lo que venía incluida la invitación.

Era un vestido demasiado ostentoso que debía usar para un evento importante que habría en el lugar en donde Wilson se estaba quedando después de que fue atacado en la cárcel. Ahora mismo, mientras se mira en el espejo, con el cabello recogido, el vestido beige con ese corte elegante en la falda que hacía demasiado volumen. Lo odiaba, era horrible y simplemente el pensar que era un regalo del mismísimo Wilson Fisk, le revolvía el estómago.

Lo único que podría hacer ahora era aceptar que tenía que ir desarmada, con un pequeño bolso de mano que probablemente revisarían y, por otro lado, tenía los nervios de perder la compostura enfrente del hombre que hacía la vida imposible de la persona que ella más apreciaba.

Su tío tenía razón en algo, y es que Helena jamás huía de una pelea a menos que fuera necesario. Y ahora que estaba en peligro la pequeña que había resguardado a salvo con una persona aparte, sólo tendría que alzar el mentón, presentarse y encararlo para lograr obtener información en aquella insistente conversación que Fisk habló por teléfono.

No había hablado con nadie, con absolutamente nadie sobre el tema y ahora sólo quedaba esperar a la señal que recibiría. Estaba jugueteando con sus dedos y su celular ya había sido hackeado, así que, probablemente, si llamaba a alguien, lo único que quedaría sería que quisiera decir todo y al final perjudicaría a todos los que amaba. Incluso Matthew, a quien aún no había contactado desde lo del ataque en la iglesia, sería el blanco más fácil para exterminar.

Su celular vibró y sólo miró el mensaje que entró a su bandeja, logrando leer lo que decía. Cuando lo hizo, tomó su bolso, cerró su apartamento, mirándolo una última vez antes de irse y bajar hasta el piso de recepción. Miró que el señor Bob no estaba en su puesto, así que simplemente pasó de largo y observó el lujoso auto negro que la esperaba enfrente del edificio de apartamentos.

El chofer la esperaba parado y con una postura erguida. Tenía las manos detrás de su espalda, así que cuando se aproximó, miró que sacó sus brazos para tomar la puerta y abrírsela con caballerosidad, utilizando unos guantes blancos que le quedaban a la perfección.

-Buenas noches, señorita Barton -le saludó el hombre, tomando su gorra y entonces Helena sonríe falsamente, intentando fingir confianza en sí misma y ocultando el nerviosismo que la comía internamente.

-Buenas noches -se inclina y al entrar al auto, le agradece en bajo mientras cierra la puerta.

En los segundos en que tardó en rodear el auto, Helena los aprovechó para exhalar el aire en sus pulmones con fuerza y recobrarse en un santiamén. Cuando lo logró, el chofer entró al asiento piloto y encendió el auto, listo para manejar en dirección al edificio en donde sería el gran evento de Wilson Fisk, su jefe.

𝐒𝐚𝐯𝐞 𝐲𝐨𝐮 𝐟𝐫𝐨𝐦 𝐇𝐞𝐥𝐥 [𝐌𝐚𝐭𝐭 𝐌𝐮𝐫𝐝𝐨𝐜𝐤]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora