»Capítulo 71«

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Quince de diciembre de 2023.

Era una nueva mañana. El frío de diciembre golpeaba la ciudad con fuerza, por lo cual, había muchas formas de poder luchar contra ello. Una buena taza de café, una manta caliente o incluso un par de calcetines extras.

Para Helena, por un instante, olvidó todo y se abrazó contra Matthew, quien dormía a su lado. Y mientras eso pasaba, escuchó por unos momentos un extraño sonido que provenía de la cocina. Con el aliento de Murdock golpeando en su espalda, la morocha se alzó con cuidado, observando su alrededor hasta que se encamina a la salida de la habitación.

En cuanto abre la puerta corrediza, puede contemplar la forma en que Michael está abriendo la waflera y batiendo una especie de masa en un cuenco hondo.

—¿Mike?

—Shh —coloca su dedo en sus labios y continúa hablando en bajo—. Papá debe seguir durmiendo.

—¿Y qué haces, amor?

—El desayuno. El desayuno especial, mami.

—¿Desayuno especial?

—Cada año, desde que papá cumple años y me enseñó a usar la wafflera, le hago waffles con moras y crema batida —explica el pequeño niño y entonces Helena une sus cejas, mirando la forma casi perfecta en que esparcía la masa sobre la máquina—. ¿Me quieres ayudar, mami?

Helena entonces ladea la cabeza y admira a su pequeño. Desde que se había enterado de que su hijo sabía un poco sobre su verdadero padre, las cosas habían cambiado un poco. Michael era más atento, incluso más curioso que de costumbre.

En ocasiones, durante las últimas dos semanas, Matthew y Helena se aseguraron de que estuviera bien. A veces los intentaba evitar, pero después de hablarlo con su terapeuta, este explicó que la situación provocaría que Mike tuviera ligeros cambios de comportamiento. Podría estar feliz, y después triste o enojado, lo cual era normal.

Ahora mismo, Michael estaba entusiasmado de hacer un buen desayuno especial a su padre. No había cambiado en nada la forma en que Matthew trataba a su hijo, al igual que la manera en que Mike se refería al abogado como su papá.

Ahora mismo, Helena estaba decorando el platillo en donde serviría Michael los waffles que había preparado por el cumpleaños número treinta y ocho de su padre. Por un instante, hicieron algo de ruido, lo cual hizo que madre e hijo se encogieran de hombros, rogando que aquello no despierte a Matt.

Suspiraron de alivio al percatarse que todo estaba en orden y diez minutos después lograron terminar. En cuanto tomaron la bandeja y colocaron el café recién hecho y el platillo con los waffles, Helena se apresuró a ayudar a Mike mientras se preguntaba cómo es que su hijo llevaba todo eso hasta la habitación él solo.

Al entrar a la habitación, Helena contó hasta tres y cantaron cumpleaños feliz hasta que Matthew se removió finalmente, despertando algo somnoliento.

—¿Qué es todo ese alboroto? —pregunta Matthew, sentándose en la cama hasta que Helena puso la bandeja en la mesita de noche y observó el momento en que su hijo se lanzó hasta los brazos de Matt—. ¡Oh, qué gran golpe de amor!

Soltó una risa entre dientes mientras Michael se escondía en el pecho de su padre y de pronto habla un poco.

—Feliz cumpleaños, papá.

—Gracias, Mike. Es un gran cumpleaños de nuevo, como cada año —explica el abogado y entonces escucha el latido del corazón de Helena.

Eso provoca que el suyo suene frenéticamente en su pecho y se le escape una sonrisa.

𝐒𝐚𝐯𝐞 𝐲𝐨𝐮 𝐟𝐫𝐨𝐦 𝐇𝐞𝐥𝐥 [𝐌𝐚𝐭𝐭 𝐌𝐮𝐫𝐝𝐨𝐜𝐤]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora