∆Seis∆

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Abdil

Mi otra mitad y yo salimos del hospital, estamos tranquilo porque ellos no dejarán sola a María, incluso la atarán a la cama de ser necesario, o solo porque Amin quieta mantenerla quieta un rato.

- Bueno hermano mío, es hora de trabajar de niñeras de perros- no soy admirador de los animales, algo que no comparto con el sujeto a mi lado.

Siempre asegure que los perros o gatos son como los bebés, si, esa clase de comparación hago ¿Por qué no? Ambos cagan, orinan, comen y lloran... No son muy diferentes a los adultos.

- No quiero, pero era eso o encerrarla en el baño para que no vaya por su amado pancho- hasta el nombre me parece poco pensando, no solo son nuestros apodos.

- Yo sí, tengo ganas de ver su hogar, husmear un poco y descubrir más de ella ¿Eres lento? Por eso iré contigo, algo bueno tenemos que sacar de esto- me río de mi hermano mientras nos acomodamos en el auto.

- Ya veo porque tú eres el cerebro del dúo. Hay que investigar cómo lo haría una chica, mejor que el FBI- de inteligente pasó a lento, no entendió la referencia.

- ¿Qué tiene que ver eso?- no lo mates, recuerda que a veces usas su identidad.

- Cuando una mujer quiere saber algo investiga tan a fondo que el propio FBI queda corto ante tanto indago, un perro antidrogas no es nada contra esos instintos mega desarrollados- tiemblo al recordar cómo lograron hacerlo conmigo.

- Vamos por pancho ¿Qué raza de perro era?- frunzo el ceño pensando en cómo era.

- Pitbull, y tengo por sabido que es una raza violenta, aunque en realidad son muy protectores. Hay que tener cuidado con esa bestia o tendré otra marca en mi cara- sabemos todo de María desde que envió esa foto.

- Ella si nos diferenció ¿No es eso una señal? Nadie sabe quién es uno u otro, siempre se confunden- estoy igual de impresionado, nunca nadie fue tan listo.

- Si lo es, por algo revisamos el celular de nuestro primo ese día, algo que jamás hicimos- recuerdo la cara furiosa de Baruk al saber que vimos a María.

Flashback

Entramos a su habitación al ver salir a su amante de la noche, siempre las cambia por algo, no entiendo que busca, ya empieza a irritarme y eso que no me folla.

La cama sigue igual de sucia, en las sábanas hay materiales corporales desconocidos.

- ¿Eso es semen? ¿Tanto se corre este infeliz?- si, también ví esa enorme mancha blanca.

- No me interesa saber que tanto vacía sus huevos, vamos, está en la ducha- el agua corre en la puerta de al lado y Baruk siempre tarda, hasta creo que se masturba.

- ¿Qué es eso?- pregunta el tonto mientras ve el móvil de Baruk en la mesa de noche.

- Un móvil ¿Nunca viste uno? Vamos, no tengo ganas de seguir oliendo a sexo aquí dentro- el sudor de ambos es fuerte, me estoy asfixiando.

- ¿El sexo huele?- Alá, dame paciencia para no matar a mi ADN. 

- Si quieres quedarte bien, yo ya no puedo respirar con normalidad- me sostiene del brazo al pasar por su lado.- ¿Qué coño quieres?- veo que toma el móvil de la mesa y lo desbloquea.

¿Quién mierda no tiene su celular con contraseña? Bueno, Baruk nunca lo suelta y no tiene que darle explicaciones a nadie.

- ¡Santa madre de las tetas!- estoy a punto de gritarle por esa falta de respeto, pero no puedo, olvidé como se respira.

Foto internacional (TMHA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora