Foto internacional (TMHA)

∆Sesenta y cuatro∆

Johhannes Analdi

Es hermosa, sin importar su edad, Hurrem sigue siendo la flor más bella de mi jardín. Esa flor que hace años me fue robada por tres niños ricos acostumbrados a obtener lo que desean con un chasquido de sus dedos.

Fue la única que me habló en mi época universitaria, no juzgó mi condición social y económica por el simple hecho de que ella también atravesaba por lo mismo. Su sentido de empatía me enamoro al instante, siempre se mostraba como una mujer fuerte e independiente capaz de luchar con las peores bestias si se cometía algún injusticia. 

Si ahora la considero hermosa en su juventud era comparada con la misma diosa Afrodita, se robaba cada una de las miradas siempre que nosotros paseábamos tranquilamente en el jardín de aquella prestigiosa universidad.

Al ser los únicos sin portar un apellido poderoso, el resto de los estudiantes se alejaba de nosotros como si fuésemos la peste en personas, hablaban de nosotros cuando pasábamos muy cerca de ellos reían a viva voz de nuestras ropas de segunda mano.

A diferencia de mi amada Hurrem mi corazón se llenó de odio, desprecio y una sed de venganza que no conoció límites a la hora de destruir a cada una de esas familias.

Había momentos en los que mi corazón y mente se volvían uno para juzgarme por mis pecados, me animaba a continuar pensando en que la venganza no solo me beneficiaba mí, sino también a Hurrem ya que ella fue en varias ocasiones el centro de numerosas bromas pesadas que por poco le costaban la expulsión.

Por otro lado, también servía de elección para aquellos que todavía estudian en esa universidad del demonio, dejé en claro que la diferencias sociales y económicas no significan superioridad ¿Cómo lo hice? Me encargué de que el diario de la universidad se encargará de difundir la caída de esas malditas familias.

Mismas que siguieron subsistiendo gracias al apoyo de los Abad.

Esa jodida familia controla todos los puertos que hay en Arabia Saudita, las empresas de telecomunicación, diarios, editoriales ¡Todo! Con eso era más que suficiente para poder ayudar a sus antiguos amigos, claramente su nivel de poder no sería cómo en el pasado pero seguían ahí, tocándome las pelotas.

El plan que finalmente causaría el final de la familia principal de Arabia Saudita me tomó más de quince años poder elaborarlo, cada uno de los detalles era juzgado desde diversos ángulos para no encontrar fallas.

No conté con que mi primera esposa sería tan estúpida de darme una niña ¡Una inútil niña! La parte más importante de mi plan se vio seriamente perjudicada ante ese retraso.

Siempre vigile muy de cerca Hurrem, viéndola reír junto con su perfecta familia, ignorando los malos tratos de su suegro y adoptando también a sus sobrinos ante la muerte inesperada de Firuze.

¿Por qué ese futuro no pudo ser mío? Hice hasta lo imposible por robarle una sola sonrisa cuando su rostro estaba plagado de lágrimas ¿No era esa una buena recompensa? ¡Yo debía ser su esposo!

Ellos la conquistaron con su mierda de dinero, la llenaron de regalos y ella cayó como una puta delante de los tres hombres más deseados de la universidad.

Se acabó, después de tantos años finalmente obtengo mi revancha y a la mujer que me robó el suelo y el corazón.

- ¿Johhannes? - y ahí está ella, la reina de mi mundo, recostada en la cama con un libro en sus manos.

Que gratos recuerdos, así era en la universidad.

- Mi amor, mañana es el viaje - mi emoción parece ser contagiosa, ríe abiertamente mientras me abraza por el cuello.