∆Veintiseis∆

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María Isabel

Mis predicciones siempre son correctas, ella nos invitó a pasar e inmediatamente comenzó a preparar comida. Nadie tuvo opción, era quedarse o quedarse. Por mi parte no puse mucha resistencia, la extrañaba tanto que hasta yo misma iba a decirle para dormir con ella en la cama como cuando tenía miedo de niña.

Mi pilar de vida siempre fue ella, desde que mamá se fue ella tomó su lugar y logró así ayudarme a superar la pérdida de mi figura materna. En la escuela era ella con quien hablaba de chicos, le contaba todo a ella, es un nivel de confianza que ni mis "amigas" tenían con sus madres.

Las burlas que tenía que soportar en la escuela fueron duras, al ser huérfana era el punto perfecto para lastima. Mi abuela lo supo, habló con los padres de los niños y cuando llegamos a casa me preparó el postre más rico del mundo, nadie es tan buena como ella en la cocina.

Claro que antes de nada los presenté, a todos menos al abuelo ¿Pueden creer que fui tan burra de recordar su nombre? ¡Mi abuela casi me mata! Es que es tan raro que apenas y digo bien el de mis "prometidos", los nombres normales no existen en ese país, aunque bueno, allí si son comunes.

Se volvió histérica al ver la cantidad de flores que le trajeron como regalo, por fin el auto se vació. Ya veo que los convertirá en jardinero cuando terminemos con la merienda, siempre tiene algo listo en caso de tener invitados. No faltan el aroma de las galletas caseras y el café recién molido.

Soy loca del café gracias a que ella tiene plantaciones, al ser un terreno extenso puede darse el lujo de producir muchas cosas, desde frutas hasta granos de café.

Les extrañó el apellido de mi abuela, no suena español y claro que no lo es, su padre era un inmigrante inglés que llegó aquí a estudiar y se terminó enamorando de la madre de mi abue, dejó a su familia en Londres para casarse con ella y formar una familia.

— María, ayúdame hija — esa es la señal, quiere saber quienes son ellos. Salimos de la sala para entrar en el santuario, la cocina.

Ya tiene todo listo para la merienda, el café y las galletas siguen calientes por lo que ella no me requería aquí.

— ¿Alguno de ellos es tu novio? — bueno, de alguien tuve que heredar mi falta de tacto y no andarme con rodeos.

— Es complicado ¿No vas a decepcionarte por lo que diré? — le ayudo a acomodar las tazas, es muy meticulosa para estas cosas, tengo que hacerlo como quiere.

— Nunca me decepcionaría de ti, no importa que pase — sus manos suaves aprietan la mía en señal de apoyo, tira de mi brazo para alejarnos más de la puerta.

La casa no es grande y las paredes son finas, ellos escucharán lo que digamos porque si bien su voz es suave, la mía es como un maldito parlante.

— M... Me han propuesto tener una relación poligámica, abue — lo dije, fue lento para que no me pregunte nada más.

— Oh, que bien mi niña — ¿Eh? en verdad que esperaba un interrogatorio de horas — Y si no te molesta que pregunte ¿Qué es eso? — carajo, era demasiado bueno para ser verdad.

No sabe lo que es la poligamia ¿Por qué me pasan estas cosas a mi? Dios, recuerda que ya me abandonaste muchas veces ¿Lo harás de nuevo? Como la idiota que soy espero alguna señal que obviamente no llega.

— Es cuando una mujer comparte más de una pareja — frunce el ceño, no luce enojada.

— Sigo sin entender ¿Salen con otra además de tí? Sé clara — interpretó la cosa al revés, que ellos tienen a otra.

— Seré novia de los cinco hombres — asiente mirando distraídamente el anillo de bodas en su dedo — ¿Abuela? — su silencio aumenta mi nerviosismo.

Foto internacional (TMHA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora