Extra I "La noticia"

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Ibrahim

No entiendo porqué estoy aquí, ni muchos menos que quiere ella de mí.

Ese día en el hospital me prometí apartarme lo más posible de María y de toda influencia que pueda tener sobre mí, algo imposible siendo que debo vivir obligatoriamente en la misma mansión donde le recibe con mis hermanos, todo porque a alguien se le ocurrió atacar mi hotel dejándolo inseguro para habitarlo.

No fue una decisión que tomé a la ligera, de hecho ya la tenía en mente desde hace una semana, solo que el secuestro de ambas retraso lo que ahora me duele.

La amo, la amo tanto que lo mejor para no dañar mi corazón es irme de Arabia Saudita en cuanto sea posible.

Eso estaba a punto de hacer, solo que María llegó a la puerta de mi habitación emocionada por verme y hablar conmigo a solas, eso me extrañó enormemente porque mis hermanos literalmente no la dejan ni a sol ni a sombra.

Ya pasó una semana desde que le dieron el alta en el hospital con la clarísima condición de permanecer casi las 24 horas del día postrada en una cama, eso se debe al riesgo que representa la pérdida de mi sobrino.

Sobrino, desearía poder decirle hijo, así como mis primos y hermanos.

Mamá está más que feliz con la noticia, dijo que cuidaría a María como una hija y daría hasta la vida por su único nieto, el mimado de la familia y nuevo tesoro Abad.

Después de tanta tristeza, los días no han sido más que alegres, repletos de amor, respeto y responsabilidad.

Me siento tranquilo, al irme sé que las mujeres que amo estarán a salvo en manos de hombres que no dudarán en ir hacia adelante si alguien intenta tocarlas.

Son los amores de mi vida.

Es hora de que siga, de que supere el amor que mi corazón siente por María, de mejorar mi futuro y como última instancia encontrar una mujer que sienta lo mismo que yo.

Mi conversación con María carece de sentido, en pocos días se hará la cena de compromiso, ahí anunciarán la futura unión ¿Qué papel puedo jugar yo en medio? No seré más que una puta molestia, un cero a la izquierda.

Me odio por no llegar antes, por no conocerla cuando ellos lo hicieron, ahora seríamos seis, y no solo ellos cinco.

Soy la fiel descripción de la depresión.

— ¿Hermano? — Anás abre la puerta de mi cuarto sin llamar, algo que odio.

— ¿Qué mierda? ¿No sabías que es de mala educación entrar a un lugar sin llamar antes? Voy a desnudarme un día y me pondré en cuatro en la cama, cuando entres verás el hermoso trasero que escondo en mis pantalones — tiembla del asco, me muestra su dedo de en medio y habla antes de que le cierre la puerta en la cara.

— María está en la biblioteca, dijo que vendrá a buscarte de las orejas si no estás ahí en cinco minutos — me apresuro a colocarme la camiseta, ella va a hacerlo — Eres un mal hermano — lo miro sorprendido — ¿Vas a traumar al más pequeño mostrando la selva en tu culo? ¡Que asco!

Me río cuando esa preciosa imágen mental hace eco en su mente, el hijo de perra tiene arcadas.

Es mejor no hacerla esperar, esa mujer es loca sin las hormonas del embarazo, ahora las cosas serán más exageradas y extremas.
Ya la escuché gritar un par de veces porque mis hermanos no cumplían con sus antojo, alguno que otro muy extraño, cosa que para ellos no es sano y se lo niegan.

Mamá golpeó a Baruk y Amin en la cabeza cuando ambos le "gritaron" a María por no darle lo que quería. 

— ¿A qué hora piensa llegar? Odio que tarden tanto — y si, esa es ella, esperando impaciente por mi presencia.

Foto internacional (TMHA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora