∆Último capítulo∆

11.2K 1.2K 115
                                    

María Isabel

Odio los hospitales, desde siempre lo ví como un lugar lleno de miseria, tristeza y muerte. El día que Antonio me golpeó por error no me quedó de otra más que quedarme en ese ambiente y arreglar el problema que causó.

Una nariz gratis, más linda que la original.

Ahora también estoy aquí por obligación, ellos me trajeron apenas tocamos los límites de la ciudad, se preocuparon por mí cuando grité que detengan el auto para salir a vomitar, de ser solo una vez podría considerarse que los nervios del momento impactaron con fuerza en mi cuerpo, pero se repitió en dos ocasiones más.

Seguimos aquí, esperando a que el doctor regrese con los resultados de mis estudios.

No hablamos mucho, ellos se centraron en tapar mi cuerpo medio desnudo gracias a que Johhannes destrozó el vestido que me cubría.
Después de eso emprendimos el viaje de regreso, yo me quedé quieta en los brazos de Amin, aspirando el aroma de su colonia, estrechando mi cuerpo contra el suyo para asegurarme de que no estaba soñando y cerrando los aguantando las ganas de romperme.

Los extrañé tanto que soñaba con ellos cada noche.
Pero no solo a mis Abad, sino también a mi abuelita preciosa y a mi más fiel compañero, mi Panchito.

El amor que mi corazón siente por ellos es tan puro que parece de novela, una muy mala con una protagonista idiota.

Ninguno me preguntó nada, creo que el shock de ver a Morindia asesinando a su propio padre nos llevó a un limbo mental, donde nos centramos en las lágrimas que ella derramaba sobre el cuerpo de Johhannes culpando a Hurrem de su muerte.

De hecho lo esperaba, el trato que él le daba fue el detonante para que sus impulsos actuaran más rápido que su mente, apretando el gatillo por error y debido a la presión de aquel dolor que no dudó en expresar contra su única hija.

Casi lo considero como justicia poética, murió en manos de la única persona que lo amaba y fue enteramente culpa suya por no amarla como debía.

El monstruo que creó lo asesinó.

Sin embargo no siento nada, y eso me juega la consciencia un poco en contra, mi mente se llenó de alivio al salir de ahí y ver el cuerpo de ambos hombres en el suelo, cubiertos de su propia sangre y con la mirada perdida.

La felicidad tampoco es un sentimiento que expresa fielmente mi reacción, creo que lo definiría es alivio, ellos no volverán a dañar a ningún inocente.

- Amin, quédate con ella, iremos a ver a mamá - maldita sea, entre tanto escándalo olvidé por completo preguntar cómo estaba mi suegra, que ser más egoísta soy - Preciosa, ella se encuentra bien, mis padres la trajeron a este mismo hospital - Baruk parece leer la mente.

- Traigan algo de tomar, necesito hidratarme - les encarga Amin, ellos asienten dejando un beso en cada parte te mi rostro antes de salir.

Estoy agotada mentalmente, ver morir a dos personas frente a ti no es algo de todos los días, es traumático, pero eso no es mucho a comparación de lo que afrontamos en esa mansión.

- María - mi Amin, mi amado Amin jamás me tocó, no como lo hicieron sus hermanos - ¿T... Te hizo algo? - es fácil saber a qué se refiere.

- S... Si - sus ojos se cierran tan pronto lo digo, él también afirmó la respuesta antes de que yo se la diera - Y... Yo me entregué voluntariamente - me mira, y esa expresión cargada de dolor y culpa arruga mi corazón - Fue consejo de tu madre, ella no quería ver marcas en mi rostro, así como Johhannes... - asiente cortando mis palabras.

- Sabemos lo que ella hizo - lo supuse, ninguno criticó a su madre por nada - Mis padres la aman más que antes, y es que eso es posible - ambos reímos, el silencio que le sigue a su perfecta risa es cómodo, casi como si nos hiciera falta.

Foto internacional (TMHA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora