María Isabel
Ya no puedo seguir con el teatro basado en el enojo, desde el inicio fue una mala estrategia y seguirá así a menos de que haga algo que nunca creí, someterme a ellos y pedir disculpas por mentir.
El silencio que se formó dentro del automóvil me tiene los pelos de punta, ver sus rostros serios sin que ellos me dediquen una sola mirada me hace sentir muy culpable, algo que generalmente no siento ya que por lo general no hago mal las cosas.
Desde que llegamos a Arabia Saudita la he pasado increíble, los cinco son muy atentos y siempre verifican que me encuentre cómoda así sea sobre sus trabajos o proyectos personales.
Siempre soy su prioridad mientras que yo lo único que hice fue devolverles eso con mentiras.
No quise abrir la boca para no meter más profundo la pata, es un talento que me sale natural y que sobrepasa el nivel de mi estupidez siempre que digo algo sin pensarlo dos veces.
No es muy común que me encuentre tan callada, siempre tengo algo que decir y desde que tengo uso de razón lo caracterice como un talento. Los temas de conversación fluyen tan fácilmente como el agua, una charla sobre el clima puede pasar inmediatamente a otro tema que no se relaciona en lo más mínimo pero que la gente sigue sin contrariar.
Me duele la forma en la que ignoran mis constantes miradas, los entiendo y por eso quiero decir algo pero no sé cómo hacerlo ¿Por qué es tan fácil para mí joderlo todo? Otras personas pueden disculparse sin pensarlo tanto, mi orgullo es mucho mayor que lo poco que viví con ellos y lamentablemente me preocupo más por lo primero que por lo segundo.
Un sinfín de sentimientos azotan mi pecho, mismos que compiten con la cantidad de pensamientos que envuelven mi mente y no me dan ni una sola pista de qué camino seguir para no fallar.
No he salido con mucha regularidad de la mansión por las sugerencias del abuelo, Ibrahim creyó engañarme al decir aquello de que podría ir a prisión, ya lo sé y como cabezota que soy voy para adelante sin poner freno en la marcha.
Lo poco que conozco y el paisaje que recorro normalmente cuando vengo a la ciudad, me hace saber que estamos a nada de llegar a nuestra casa y ahí deberé enfrentar no solo a dos sino a cinco hombres extremadamente celosos y recelosos de su propia familia.
Dudo mucho que crean qué me encuentro con Ibrahim fue completamente accidental y claramente no planeado, bien sus ojos que la duda los carcomía al verme tan cercano al ser que los traicionó e ir yo tan profundamente que las secuelas llegan hasta hoy día.
Desde mi punto de vista puede ser interpretado como casualidad, pero el que Ibrahim haya aparecido en el preciso instante en el que yo necesitaba de ayuda me hace dudar de mi propia hipótesis.
Es hora de sacar fuerzas de donde no tengo para enfrentar a mis jueces, jurados y verdugos.— Baja — ordena serio y cortante Amin, abre la puerta y sale entrando directamente a la casa sin esperarnos.
— Burak — los cinco me duelen, pero él más porque es quien resiente el doble a su hermano.
— No, María — también baja sin mirarme, entra a la mansión y yo veo que esa enorme casa de tres pisos será mi final.
El darme cuenta de los efectos que tienen en mi corazón su indiferencia mi alerta inmediatamente encendiendo luces rojas en cada aspecto de mi vida, eso significa que siento algo que supera en grandes proporciones a la precio y que incluso llega a superar el cariño.
Yo no los amo ¿Oh sí?
— ¿Nieta? ¿Qué haces dentro del auto? — el abuelo abre la puerta y me ayuda a bajar, ve la bolsa con el símbolo de la farmacia que llevo en la mano y eleva sus cejas con clara curiosidad.
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Foto internacional (TMHA)
Short Story|•| PRIMER LIBRO DE LA TRILOGÍA "MI HAREM ABAD" |•| Advertencia 🔞⚠️ Esta novela contiene lenguaje vulgar, escenas de violencia, abuso sexual, y daño psicológico. Leer bajo su propia responsabilidad. NO SE BUSCA OFENDER A NADIE CON EL CONTENIDO. ...