∆Sesenta y tres∆

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Hurrem

Es mañana, ese viaje que me alejará para siempre de mi familia es en unas horas.

Mañana me aleja de mis hijos, de los hombres que hombre amo.

Mañana mi vida será peor que las torturas del infierno.

Si hoy no huimos de aquí, mañana atravesaré mi corazón con un cuchillo.

Confío plenamente en que María acatará cada una de las sugerencias que le hice, si hay alguien que está más ilusionada de ver a mis hijos además de mí, claramente es ella. He notado que mi nuera no deja de pensar en los cinco, los ama y me alegra que lo vea.

Le ruego a Allah que no sea tarde para ellos, en mi caso me da igual lo que pase, estaré preparada para lo que sea aunque eso signifique dar mi último aliento, si garantizo la seguridad de mi nuera y el regreso a los brazos seguros que le proporcionan mis hijos.

Para ser completamente honesta, las ganas de vivir a la que me aferraba constantemente ante el abuso y los golpes de Johannes sirvieron para volverme más fuerte de lo que ya era, más al tratarse de la seguridad de mi propia familia, una que está por encima de todo.

Tengo seis hijos y daré el aliento por cada uno si hace falta, ya no me importa ser el saco de boxeo o la muñeca sexual de un hombre transtornado, si ese es el precio que debe pagar por mis pecados pasados y los futuros, que así sea.

María ha hecho bien su trabajo hasta ahora, Johhannes no durmió en el cuarto anoche, por lo que sé habló con ella hasta muy entrada la madrugada, lo bueno es que lo entretuvo tanto que no vino a tocarme, no como lo hacía cada noche.

Descansé gracias a mi nuera.

Estoy al tanto de que él no la tocó, no cometería esos actos a la vista de todos sus empleados o de seres desconocidos, agregando a ello que no confía completamente en mi nuera gracias a su lengua de víbora.

Con algo de esfuerzo lo logrará, ella es muy carismática hasta con sus enemigos y eso es una ventaja que Johhannes no conoce que existe.

Y en vista de que la situación no es muy favorable para nosotras dos, es imprescindible aprovechar cada una de las oportunidades que la vida nos ofrezca para poder decirle adiós a tanto sufrimiento.

Digamos que mi estado de salud no es el mejor, sin saber cómo pesqué un fuerte resfriado, que para colmo se complemento también con un dolor de estómago que preocupó tanto a Johannes que canceló una de sus reuniones.

Eso comenzó ayer y empeoró el doble para la mañana de hoy, mi amada no era se encarga de traerme cada uno de mis medicamentos a la hora en que el doctor lo recetó y mediante a eso el viaje se pospuso un día más, uno que no hay que desperdiciar.

Estoy esperando el desayuno, las galletas de María logran aumentar mínimamente me ánimo, no es mucho pero por lo menos no pienso en las posibilidades que tengo de morir antes de que llegue el día de mañana.

Juro por Allah como mi testigo, que si logramos escapar de aquí con María me encargaré de perseguir a Johannes por cada rincón del maldito planeta, y hacerlo pagar de las peores formas imaginables sobre la faz del universo por atreverse a amenazarme con mis hijos y a terminar de quebrantar la memoria de mi pobre amiga Firuze.

La Hurrem amable y servicial es ya no existe, ahora le daré paso a la nueva mujer que soy.

- Pase - digo al escuchar el sonido de la puerta, obviamente se trata de María solo que un guardia siempre debe acompañarla en caso de que alguna o las dos nos confabulemos para atacar a los hombres armados que supuestamente tienen como trabajo protegernos.

Foto internacional (TMHA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora