∆Treinta y tres∆

19.5K 1.5K 74
                                    


Anás

Nunca pensé que volvería a ver a Ibrahim, para ser completamente honesto hasta lo daba por muerto o en todo caso en serios problemas financieros, ya que si bien la cantidad de dinero que obtuvo por parte del abuelo fue lo suficiente como para cubrir la mitad de su vida, él está acostumbrado a lujos y viajes alrededor del mundo. 

El que se haya ido nos marcó permanentemente, prácticamente nos cuesta confiar en la gente y si lo hacemos dentro de nosotros vive ese permanente miedo a que nos abandonen. Me lamenté enormemente por llorar como un mocoso delante de María, temía que no vieran mí un verdadero hombre y también se largara de mi vida.

Vaya sorpresa me llevé cuando ella se acostó junto a mí y acarició mi cabello hasta qué me dormí, no quise hacerlo porque al despertar posiblemente ella no estaría más ahí, qué equivocado estaba, al abrir los ojos lo primero que enfoque fue su hermoso rostro sereno, dormida y respirando tranquilamente con su mano sobre mi cabello.

La observé por quién sabe cuánto tiempo, detallé cada rasgo hasta tenerlo bien guardado en mi memoria en caso de que necesites recordarla, cosa que espero no ocurra jamás ya que eso significaría que están lejos de mí.

Mi copia y yo caímos en una tristeza que solo pudo ser alivianada por su presencia.
Nuestro motivo para ir a España se encuentra recostada junto a mí, partimos a las horas de que Baruk nos mostró la fotografía todos, la decisión fue tan rápida de tomar que hasta parece un chiste.

Rememorando todo lo que vivimos juntos en el poco tiempo que llevamos de conocernos, afirmo sin lugar a dudas y con muchísimo miedo que estoy enamorado de ella.

Amo a María Isabel Álvarez cómo jamás amé a otra mujer, ese carácter difícil de manejar junto con su muy extraño sentido del humor, se han colado por completo dentro de mi corazón ganándose así una porción muy grande de este.

Estoy deseando que ella también pueda amarnos a todos, que no haga diferencias entre uno y otro.

La pelea que tuvo con mi madre en medio de la presencia de Ibrahim y el abuelo terminó por volverme completamente loco, literalmente estuve apunto de arrodillarme ante ella y besarle los pies, no le teme a nuestra madre y se llevó la aprobación junto con el cariño de mi abuelo.

Sabemos que el camino que sigue es muy difícil de recorrer al tratarse de una mujer tan determinada e independiente como María, nos dijo más que claro que no somos nada serio y que para eso debemos dar lo necesario.

Por eso cuando se marchó enojada de la oficina nos pusimos manos a la obra y esta misma noche tendremos nuestra primera cita oficial, claro que nada extravagante ya que por lo visto no es de su gusto.

La oficina por poco y no se llenó de gritos por la falta de acuerdo que había entre los cinco, es complicado pensar en un plan romántico con hombres que jamás en su vida demostraron  abiertamente su amor, estoy seguro de que ellos también la aman y por eso están enojados.

Se prometieron a sí mismos no volver a caer por ninguna mujer, fue tanta la desilusión que nos llevamos que por muchos años nos negamos a siquiera conversar con alguna.

Ninguno estuvo en sus planes la aparición de tal mujer en nuestra vida, rompería con cada uno de esos esquemas y nos orientaría a un segundo intento por encontrar una compañera ideal.

— ¡Que no! Amin ¿Eres tan bueno los negocios pero tan lento para pensar en una simple cita? No te vendría nada mal salir de ese caparazón qué no te permite usar lo que creo tienes de cerebro — esa es mi copia, es el que más se enoja porque Amin ni siquiera lo intenta.

— Estudié administración de empresas y arquitectura, no estás cursilerías a que me quieren obligar a participar — digamos que tiene una mente muy cerrada, un hombre no debería expresar tan abiertamente lo que siente y mucho menos perdiendo tiempo planeando una cita.

Foto internacional (TMHA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora