Foto internacional (TMHA)

∆Treinta y cinco∆

Abdil

La verdad creo que María atrae la mala suerte, pasamos tanto tiempo con ella que incluso eso se nos puede pegar, voy a pensar en apartarme unos cuantos días hasta que mi buena racha regrese.

Nah, mentira, me encanta su cercanía.
La cita estaba en su mejor momento, en medio de ese bello paisaje que muestra lo esplendorosa que es nuestra ciudad. El mirador está en lo más alto parecía dejarnos casi tocar la luna.

Admito que le pedí una muy sincera disculpa a mi hermano Burak, era uno de los que no aseguraba que su comida podría ser digerida por nuestros organismos sin tener que ir al baño o en todo caso despedirlo por la boca, la cena estuvo más que deliciosa y entiendo porque es uno de los mejores de su clase.

La cara de Baruk y Amin antes de darle el primer mordisco era de miedo total, María los miraba y no entendía del todo a qué se debía esas expresiones que en un momento casi les hace ganar un regaño.

Pasó la mayor parte de su tarde en la cocina preparando nuestros platillos favoritos y hablando con la abuela de María para conocer los suyos, entre tantos eligió el que según la adorable anciana era el que más recuerdos le traía de su feliz infancia en la granja.

Aguanté en tirarme sobre ella al escuchar el gemido de satisfacción que soltó al darle el primer mordisco, mis hermanos y primos estaban igual, por eso desviaban la mirada y se concentraban en lo que sea menos en nuestra perfecta cita.

Hora y media después de terminar la cena le propusimos ir a bailar, planeamos una segunda sorpresa para helio pero a María no le gustó nada saber qué tendría que ser vendada de nuevo, no lo tomamos a mal ya que existen personas a las cuales las sorpresas no le caen para nada bien y ella es una de esas.

El camino que tomamos para poder llegar discretamente al club clandestino nos tomó alrededor de otra media hora, fue largo por culpa de los controles que el gobierno tiene sobre las calles para frenar el comercio ilegal de armas que se volvió muy común desde hace unos cuantos años.

Y no, no se venden a países terroristas como muchos ignorantes afirman.

La felicidad que se sentía al verla a ella sonreír o incluso reír a carcajadas sin tener pena, hicieron que cada segundo valiera la pena y fue ahí donde entendí que estoy profundamente enamorado de la loca mujer que conocimos gracias a una fotografía indecente.

Tantos años sin pensar en el amor, creyendo que sería interesado y ambicioso como el que conocí por medio de esa cazafortunas qué afirmaba fervientemente sentir lo mismo que nosotros, llorando y gritando cuando le cuestionamos ciertas acciones o decisiones que terminaban por herirnos.

Tan diferente es María de ella que por fin puedo abrirme a esa esperanza que murió gracias a las acciones de una mujer que no apareció el cariño.

No soy el único que está enamorado de ella, los cinco sentimos lo mismo pero como siempre los primeros en expresar lo seremos me copia y yo, los demás van a tomarse su tiempo para verificar hasta científicamente si lo que sienten es un amor profundo y único que jamás pensaron que los dominaría.

Cómo dice el principio, pasar tanto tiempo con él ya puede que nos haya hecho obtener su mala suerte.

- ¿No les dije que no quería buscar los desde una estación de policía? ¡Es una vergüenza verlos aquí! - si, el club de baile clandestino al que fuimos fue allanado por la policía, todos los que no logramos escapar terminamos detrás de una reja.

María logró escapar pero al ver que se encontraba sola volvió por nosotros y fue ahí donde la policía aprovechó para llevársela.

Sois unas tortugas ¡Hasta mi abuela tiene más potencia en las piernas!