∆Diecinueve∆

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Baruk

- Abre grande o no entrará.- los gemidos de María me distraen un poco.

- Es muy grande y mi boca pequeña.- si, es algo grande, fuera de los normal.

- Entrará si te esfuerzas, no me hagas ser brusco.- golpeo levemente su muslo, recibo otro gemido a cambio.- No me hagas eso o te juro que te lo meto hasta la garganta.- amenazo.

- Eres terco, tu mismo te das cuenta de que no entra.- y si, es cierto, lo estoy sosteniendo con la mano y ya anormalmente grande.

- Puedo ayudarte si abres más la boca.- insisto sabiendo que puede meter más.- Hazlo como si fuera una paleta ¿Bien?-  le digo viendo cómo sus labios se cierran alrededor.

Amin entra a mi habitación completamente rojo de furia, seguro que es por lo que estamos haciendo.

- ¿Qué coño pasa con ustedes? Toda la maldita casa saben lo que están haciendo, sean menos ruidosos por favor.- arruina momentos, haré lo mismo cuando logre estar solo con María.

- ¿Qué tiene de malo? Tu también vas a comerlo, aunque bueno, si sería su primera vez probando esta delicia.- se burla María quitando los restos de sus labios.

- No pienso chupar eso, no si ya estuvo en tu boca.- dice con asco refiriéndose a mi.

- Ven, chupa un poco para cerrar la boca y ver qué María lo hace bien.- lo chupa, y vaya que a él sí le cabe todo en la boca.

-Son solo unas simples galletas ¿Qué tiene de especial?- eso lo dice porque no ha probado como están hechas.

Para aquellos mal pensados que esperaban una escena candente y subida tono les aviso que no, no es eso lo que hacemos. Estamos en la cocina, María me enseña cómo hornear sus estupendas galletas con chispas de chocolate, lo que estaba haciendo era meterle el cucharón de madera a la boca para saber si el sabor era o no el correcto, solo que el utensilio de madera era grande y no entraba en su boca.

No tienen que confiar en todo lo que leen o malinterpretar las cosas, mentes cochinas adictas al frutifantástico.

- No son como las mías, pero debo admitir que Bsruk aprende muy rápido ¿Tienes alguna galleta favorita?- le pregunta María rodeando su torso con ambos brazos.

Desde que Amin encontró a María en aquel pozo se han vuelto mucho más cercanos, de eso pasaron solo dos días, sin embargo es obvio que algo hizo click en el pequeño cerebro de mi hermano.

Cambiamos todo, ella nos dió una oportunidad y no vamos a dejarla pasar, esa fue la conversación más profunda que tuvimos desde que la conocemos.

Flashback...

- No me fallen, por favor, solo eso pido.- las palabras de María fueron tan sinceras que tenía más de una pregunta, las dudas eran signos enormes que flotaban en su cabeza.

- Preciosa, no volamos miles de kilómetros para estar aquí y jugar con alguien tan especial como tú.- dice Anás acariciando su rostro y limpiando sus lágrimas. - Fuimos sinceros desde el principio con nuestras intenciones.-

Mierda, eso es una vil mentira.

- Estamos para ser tus compañeros, amigos y confidentes, no solo pretendientes ¿A qué le tienes miedo?- pregunta suavemente Amin, no conocía ese tono de voz tns pacífico y tranquilo.

- A mí.- bueno, es algo inesperado y difícil de interpretar.- Y...yo alejo a todos aquellos que están cerca de mi.- ver una María insegura es algo inédito.

No me gusta, no es la peleona que me vuelve tonto.

- En todo caso tienes el efecto contrario con nosotros, nos quieres lejos y como buenos acosadores insistentes vamos por ti.- bromeo para levantar las comisuras de sus labios.

Foto internacional (TMHA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora