María Isabel
El blanco jamás fue mi color favorito, en primera porque es muy fácil de arruinar o manchar y yo precisamente no era la niña más quieta del mundo; en segunda siempre lo consideré aburrido, y jamás me habría puesto algo que represente algo que yo no era.
Siempre fui el alma de la fiesta, vestida con colores vivos y combinados dónde el blanco no era más que un mero decorativo.
Supongo que hay una primera vez para todo, incluso para eso que no nos gusta, en mi caso será mi primera vez vistiendo de pie a cabeza se blanco.
Todo sea por mi boda, por una ceremonia religiosa dónde Baruk me hará oficialmente su esposa ante la ley islámica y también en la cristiana.
Lo mejor de ambas culturas, una boda histórica en Arabia Saudí.
Él será mi esposo legal, solo que para casarme con los demás debemos ir a por otra ceremonia. En Arabia Saudí solo los hombres pueden casarse con hasta cuatro mujeres, no al caso contrarió porque ella sería cruelmente castigada.
En pocas palabras es ilegal lo que haremos, pero es una tradición muy respetada por los Abad y no planeamos romperla.
Tardamos más de un mes en concretar los preparativos ya que la ley de Arabia Saudí exige la autorización del padre de la mujer para poder casarse, solo que yo no tengo padre y eso fue un problema mínimo al inicio, así fue hasta que el abuelo me colocó bajo su ala y autorizó ese mismo día la boda.
Esas leyes limitan el accionar de la mujer en la sociedad, suerte que mi abuelo es inteligente y poderoso, una combinación peligrosa pero beneficiosa.
He roto cientos de reglas y leyes dentro de Arabia Saudí, uno de los países más machistas del mundo, cuestión por la cual debí ser expulsada del país hace mucho, solo que la intervención de los Abad me salvó.
Debo ir con cuidado, ellos no podrán salvarme siempre y tampoco seré tan egoísta de poner a nuestro hijo en peligro. Me prometí ser la mejor madre, presente y amorosa para que nada le haga falta, nada sentimental y afectivo porque económicamente no existen preocupaciones.
Mi boda es en una semana, solo estarán presentes los familiares más cercanos, nada de socios empresariales, no harán de mi día especial un negocio.
Acepté casarme con ellos porque la vida es corta, hay que vivirla con los seres que amamos y ser felices siempre que las nubes negras no se interpongan.
Los Abad me hacen feliz, no iba a privarme más de esa alegría.
Veo mi vestido blanco de miles de euros en el medio de la cama, los detalles en piedras doradas en el corset con forma de corazón lo hacen ver brillante como las estrellas; tiene mangas largas hechas en encaje blanco bordado completamente a mano en un taller de Italia; la falda es amplia y muy bien formada, como esas que usaban hace cien años en Europa.
Es el vestido de mis sueños, ese que siempre deseé de niña a la hora de casarme, claro que antes de que mi padre nos abandonara y tirara por tierra mis esperanzas de unirme a alguien.
No aceptaba la idea de casarme porque tenía miedo, miedo de elegir a un hombre cobarde como lo fue Esteban Ortiz y caer en los vicios como lo hizo mi madre; pero fui, soy y seré más fuerte que la dependencia emocional.
Mis compañeros de vida son los mejores, la inseguridad que antes existía se esfumó gracias a lo que hacen por mí día a día, a cómo expresan su amor incondicional con un simple gesto que es capaz de alegrar mi vida.
- ¿Preciosa? - Ibrahim me sigue buscando desde que llegó, siempre que regresa a casa es el primero en buscarme antes de que sus hermanos y primos acaparen mi tiempo.
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Foto internacional (TMHA)
Short Story|•| PRIMER LIBRO DE LA TRILOGÍA "MI HAREM ABAD" |•| Advertencia 🔞⚠️ Esta novela contiene lenguaje vulgar, escenas de violencia, abuso sexual, y daño psicológico. Leer bajo su propia responsabilidad. NO SE BUSCA OFENDER A NADIE CON EL CONTENIDO. ...