∆Veintiocho∆

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Maria Isabel

No he soltado a los gemelos desde la inesperada noticia traída por su primo y hermano, se ven extremadamente afectados, la reacción de ambos fue muy diferente; Anás se mostró impasible, serio y reticente a verlo, mientras que Abdil se notaba abiertamente a hablar con él.

La reacción de los dos fue completamente opuesta, por lo que ahora tengo que dedicarle tiempo a ambos sin dejar tampoco de preocuparme por los otros que están que hierven de rabia. Con Amin me convertí en enfermera ya que tuve que curar las heridas que se provocó en los nudillos al haber golpeado reiteradamente la pared.

Baruk me ayudó a controlar el enojo del abuelo, se concentró en hacerle beber sus medicamentos y en llevarlo a su habitación para descansar, claramente que en todo el camino se logró escuchar cómo trataba de hacerle entender al hombre mayor que ella no está para recibir ese tipo de sustos y que debe aprender a controlarse.

El que me asustó fue Burak literalmente no dijo nada después dice ataque de ira que lo dominó al entrar a la mansión, tiro uno que otro adorno y cuadro pero después de eso quedó estático, viendo la reacción de los gemelos.

Les retiré el castigo de cero galletas que les impuse hace unos días por usar de nuevo a mi amado compañero para sus bromas, ojalá logre levantarle el ánimo.

Ahora lo que queda es hablar del viaje en el que también tendré que ser partícipe junto con mi abuela, ese tema no está a discusión según Baruk. Según él mi presencia calmara un poco las aguas. No lo rechacé porque tarde o temprano debíamos partir, por ahora llevaremos solamente lo necesario y sin duda ellos nos proveerán de lo que haga falta.

En media hora iré por mi abuela, le llamé y para no recibir otro castigo con su famosa sandalia le dije que eran vacaciones pagadas por mis parejas, qué se merecía tener un descanso de la administración de la granja y que le designará esa tarea a unos muy buenos amigos que tiene.
Contenta y chillando de alegría aceptó, ella es otro medio por el cual vamos a poder calmar las ansias de sangre que tiene el abuelo.

Esas miraditas no pasaron por alto para ninguno de nosotros, cada uno se rinda va atención creyendo que no éramos conscientes.

En este momento no tengo cabeza para pensar en el posible futuro romance qué el abuelo y la abuela podrían tener, mi prioridad es cuidar de ellos, más que nada de los gemelos.

— Iré a la cocinas por unas galletas ¿Necesitan algo? — los dos tienen sujeta una de mis manos entre las suyas y sobra decir que cada tanto las aprietan con más fuerza de la necesaria.

No me quejo porque es lo que necesitan y yo para eso estoy con ellos ¿De qué sirve una relación si las personas que están en ella se acompaña el mutuamente?

— Para mi un vaso de leche fría, por favor — beso la palma de Abdil antes de soltarme, giro mi rostro para ver a mi Anás.

— Solo las galletas… — y juro por Dios Todopoderoso que no me imaginé que luego de decir eso comenzaría a llorar.

Tanto Abdil como yo nos alteramos al ver los sollozar incontrolablemente, tapa su rostro con sus manos para evitar que veamos lo que él había definido como cobardía.

— Hermano… — hace lo que puede para lograr acercarse, pero él lo aleja.

No, no me gemelo bromista, sonriente y simpático, verlo así me destroza y provoca en mi interior el deseo de ver a su hermano para estampar le unos cuantos golpes en el rostro. La sonrisa que tanto lo caracteriza ahora ya no está.

— ¿C... Cómo puede volver así como sin nada? — lo rodeo con mis brazos luego de una breve lucha por alejarme.

Lo acuno en mi pecho y es ahí donde verdaderamente se quiebra, acaricio su cabello y espalda para tratar de tranquilizarlo. Su gemelo nos mira sin saber qué hacer por lo que le pido que vaya por las galletas, es simple, sin embargo lo poco que sé de él revela que lo dulce lo tranquiliza.

— Calma, cariño, por favor — le susurré más de una vez al oído.

Pienso en alguna técnica para calmar su llanto, es incontrolable y por eso mi cerebro tarda en formar alguna salida de esta mierda. Mañana temprano ya estaremos alojados en lo que el abuelo aseguro será mi nuevo y permanente hogar. No me opuse a ello porque los Abad me gustan, todavía no es un sentimiento profundo sin embargo creo merecer una oportunidad de ser feliz y dejar de lado los traumas del pasado. 
Mi padre insertó en mi ese miedo a ser abandonada por los hombres, Antonio amplió ese panorama al engañarme con una dulce chica que no tiene culpa de caer en manos de un experto manipulador.

Ya no, no es justo para mí vivir con el eterno temor de que un día me harán daño, es mejor vivir la vida y así afrontar las consecuencias. Ellos son el inicio de una nueva Maria, una capaz de afrontar a su madre para estar junto a ellos.

— Cariño ¿Qué puedo hacer para ayudarte a olvidar? — sus lágrimas no se detienen pero si son menos, levantó su hermoso rostro, veo esos ojos que siempre me dejan hipnotizada y que ahora son mi refugio.

— No dejarme solo, por favor, no te vayas como lo hizo él — limpio sus rojos ojos dejando un beso en cada uno al terminar, prometo que voy a darle una patada en las pelotas a Ibrahim por hacerle llorar.

— Vamos a la cama, hace algo de frío en el cuarto como para seguir, lo último que nos falta es que te enfermes — me obedece, quito las sabanas y lo obligo a recostarse, me sostiene la mano cuando cree que me iré — Voy a quedarme, pero antes de acostarme debo quitarme el calzado ¿No? — el sonrojo que se apodera de sus mejillas es tan tierno que no evito besarlo. 

— Lamento comportarme como un niño — se acomoda sobre mi pecho y encierra sus brazos alrededor de mi cintura.

Me gusta sentir como su cuerpo encaja con el mío.

— No tiene nada de malo llorar, de hecho lo considero como una terapia liberadora, yo lo hacía mucho cuando era adolescente y peor al estar en la universidad, la presión era tanta que mis lágrimas eran una forma de desahogarme — juego con sus negros cabellos, es más sedoso y saludable que el mio.

¿Por qué los hombres tienen mejor cabello que las mujeres? Cada semana hago un tratamiento de células madres para que el mío no parezca paja.

— Yo no la pasé tan mal porque tenía a mis hermanos y primos cubriendo mi espalda, siempre nos apoyamos unos a otros — la nostalgia de haber estado sola en mis peores momentos me pega directamente, muchas cuestiones que no le conté a mi abuela para no preocuparla.

Dudo mucho que algún día llegue a decirle eso a alguien y de hacerlo temo por la reacción de la misma. 

— Ahora también me tienes a mí para combatir tus batallas, no me iré — desde hace rato noto como su cuerpo tiembla.

Algo que tenemos en común es el miedo a ser abandonados.

— Te queremos, Maria — esa declaración me deja estupefacta, no pensé que nos iríamos tanto del camino — No sabemos cuando pasó, ni cómo es que tu sonrisa ilumina nuestro dia mas oscuro, pero yo no voy a negarme más — dirige su mirada a la mía, no distingo rastro de mentira.

— Tengo miedo — admito con el maldito nudo formado en mi garganta — Me prometí a mí misma salir adelante, formar una conexión con ustedes y… — me detiene besando mis labios.

Dejo que fluya, abro mi boca permitiendo que su lengua explore mi interior y luche con la mía, para finalmente obtener el dominio y arrancarme gemidos de placer ante la experiencia que expresa.  

— Vamos a enamorarte, es cuestión de tiempo para que confíes en nosotros y nos entregues tu corazón como los cinco pensamos hacer contigo — olvidamos por completo preparar las maletas e ir por mi abuela.

— Chicos… Lamento interrumpir pero la señora Simmons ya está aquí y pregunta por Maria — el abuelo luce relajado, nada que ver al dragón que era al entrar — Les aconsejo dejar la procreación de mis bisnietos para después, ya vamos rumbo al aeropuerto.

— Abuelo ¿No te enseñaron a tocar? Es la segunda vez que lo haces y ya comienza a molestarme, a la próxima te regalo un cascabel — sigo avergonzada de aquella tarde, ver mis nalgas y a sus nietos golpearme no es algo que olvide a la ligera.

— Mejor me voy, la señora Simmons desea que me siente junto a ella en el jet — ¿Lleva un traje puesto para ver a mi abuela?

Desde mañana mi vida es otra.

✨✨✨✨

Otro más.

Serán cuatro capítulos hoy, espero que les guste.

Foto internacional (TMHA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora