∆Treinta y ocho∆

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Burak

Sostengo a María en el mismo instante que sus rodillas tocan el suelo, la impresión es tanta que sus ojos se cierran momentáneamente, se desmayó al ver a su padre frente a ella.

Maldito bastardo, acabo de conocerlo y ya lo odio.

El escándalo que se formó después de eso fue tanto que Amin llamó a tres guardias para que lo saquen de la mansión, ha intentado acercarse a María pero su abuela no lo permite.

Los cinco la rodeamos, sigue con sus hermosos ojos cerrados, la preocupación del abuelo lo incita a llamar al doctor mientras que Anás va por un poco de alcohol para despertarla. Yo la sostengo con cuidado de no lastimar más mi mano o ella no va a perdonarme.

Baruk ayuda a la señora Simmons, está pálida y le tiemblan las manos. Hace años que ese hombre no aparece, eso lo sabemos por boca de la propia mujer que ahora respira entrecortado.

Me duele verla así, sigue sin despertar y su respirar es muy pausado, me asusta pensar que la llegada de su padre no augura nada bueno, aparece de la nada y exige ver a la hija que abandonó.

Primero la llegada de Ibrahim y ahora esto, el mundo está empeñado en hacernos sufrir, pero ella no está sola y por eso la vamos a estar acompañado, desde hoy mantendré a su padre vigilado en caso de que se le ocurra volver.

No lo conozco sin embargo por lo que nos contó la señora Simmons es un hombre que ama el dinero más que su propia vida y que por esa razón se alejó de María cuando ella apenas era una niña, encontró a otra mujer capaz de mantenerlo y no dudo en destrozar a su propia familia.

María no tiene ni idea de que ya conocemos esa parte de su pasado, esperamos a que ella lo confiese ya que por esa justa razón tampoco la investigamos a fondo.

Intentamos convencer a la señora Simmons de que lo mantenga en privado hasta que María se sienta en confianza como para contarnos, no nos dejó alternativa al cerrar la puerta del despacho y descalzarse para sostener la sandalia en su mano.

Ahora sabemos lo que María siente, da miedo.

Mediante a eso entendimos su enorme miedo al compromiso, está aterrada de repetir la historia de sus padres y afectar a los hijos que esperamos tener, por eso decidimos unánimemente conversar con el abuelo y destapar nuestra mentira. Es un milagro que nos haya dado una oportunidad como para presionarla con el matrimonio.

Ese viejo nos volverá locos sí continúa entorpeciendo los avances que estamos haciendo.

Se remueve en el sofá cuando Anás le coloca el alcohol a la altura de la nariz para que inhale, Amin suspira tranquilo y Baruk hace lo mismo con la señora Simmons, ya tiene mejor cara gracias al vaso de agua que el abuelo le trajo.

El doctor tampoco tarda en llegar, ve a las dos mujeres y por orden de mi abuelo atiende primero a María.

El doctor tampoco tarda en llegar, ve a las dos mujeres y por orden de mi abuelo atiende primero a María.

— Se encuentra bien, solo que su presión está más baja de lo normal, algo pasó que descontroló sus emociones — no le decimos nada, es un problema familiar dem que solo María puede hablar.

— Estoy bien — se queja intentando levantarse, Anás la retiene entre sus brazos y le susurra algo al oído que logra calmarla.

— Le recomiendo descansar por lo menos dos días en cama, respetar las comidas y beber mucha agua, estará como nueva si sigue mis indicaciones — asentimos y dejamos que vea a la señora Simmons.

— No dude que lo cumplirá, ahora mismo la llevo a su habitación — odio sentirme inútil por culpa de mi maldita herida, me encantaría cargarla como la princesa que es.

Foto internacional (TMHA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora