∆Veintiuno∆

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Amin

— ¡No puedo quedarme, Amin! Seguirán controlando mi vida a su antojo ¡No voy a casarme! — no es raro escuchar la oposición de mi primo a las órdenes de mi abuelo.

Ya no lleva puesto el traje de gala que mi madre eligió cuidadosamente para él, ahora está con ropa deportiva y el cabello desordenado, ya nada queda del ilustre hombre de unas horas antes.

— ¿Dejar a tus hermanos? ¿Es la mejor idea que tu tonto cerebro fue capaz de formar? Eres un jodido egoísta, nosotros también sufrimos las decisiones del abuelo y de nuestra madre, pero no por eso dejaremos todo.

Siempre hablamos de esto, juramos que nos apoyaremos entre todos porque solo así resistiremos el destino que ya fue escrito por nuestro abuelo, quien con tal de llevarle la contraria a mi madre es capaz de lo que sea.

— No soy tan fuerte como ustedes, yo no — estamos solos, los gemelos no saben que su hermano mayor planea dejarlos.

— Lo eres, pero tu miedo a ser desterrado de la familia por tu origen te puede. Eres hermano mayor, y como tal debes cuidar de los gemelos ¿Haz pensado en el daño que provocarás en ellos si te vas? Ya perdieron a sus padres, no los deje sin tí — veo como sostiene la maleta ya preparada entre sus manos.

Lo viene planeando desde quien sabe cuando, hoy puede hacer realidad su deseo de escape.

— ¡Tú no eres un bastardo como yo! Jamás lo comprenderás, el odio y asco que siente tu familia porque mi madre le fue infiel a sus esposos. Solo soy un año mayor que los gemelos, ellos podrán hacerlo mejor si yo estoy fuera de su vida — siempre se vió así mismo como una piedra en el camino.

Los gemelos tardaran en levantarse si se va.

— No, mi madre no le fue infiel a mis padres, pero eso no impide que sea el nieto más odiado del abuelo sin saber el porqué. Desde que tengo memoria anhelo un abrazo de mi abuelo, que dijera lo orgulloso que estaba de mi, que deje de exigirme tanto o podría salir herido ¡Él fue así contigo! Siempre te cuidó más que a los demás — las excusas son para los cobardes.

Soy legítimo, un estado que a mi abuelo no le importa ya que me detesta desde que nací, es muy exigente conmigo. Ibrahim se queja de lleno, no sabe lo que es verdadero desprecio, y el dolor de que tu sangre te mire desde arriba como a una sucia cucaracha.

— Amin... No voy a discutir contigo, voy a irme y tendrán que respetarlo. Les deseo una buena vida, que encuentren a una candidata ideal como esposa y que no los use como lo hizo esa mujerzuela al irse con mi padre e intentado conquistar al tuyo y al abuelo —

Dos años después sigo igual de reacio a conocer a otra mujer por miedo a que salga igual de oportunista que Nora.

Me dolió, casi nos vamos a la quiebra por ella y la maldita de su amiga Morindia. Nos usó y desechó en cuanto mi tío le colocó un anillo en el dedo.

— Te olvidas de nosotros si atraviesas esa puerta — está mal, pero los gemelos estarán peor.

— Lo siento — se voltea, le digo una última antes de irse.

— ¿No podías elegir otro día? La mierda de persona se refleja en la noche que seleccionaste para escapar.

¿Cómo les digo que su hermano se fue? Su madre ya los dejó, su padre se casó con la mujer que amaban.

Esto va a destrozarlos.

Fin de Flashback.

Seis años después volvemos a tocar el tema de mi primo, uno que no merece ser recordado más que como un jodido cobarde. Los gemelos lloraron su partida en silencio, el hijo de perra no tuvo mejor idea que irse en medio de la fiesta de cumpleaños de sus hermanos.

Foto internacional (TMHA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora