Capitulo. 60. Extra 2.

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Llegaron justo a tiempo al lugar acordado para acampar. Solo faltaba unas horas para que oscureciera. Algunos se dedicaron a armar el campamento, mientras otros encendían una fogata.

-Kei, si trajiste un encendedor. ¿Verdad?- Pregunto Tana con cierto reproche.- Shappo. Acondicionador. Secadora, tres mudas de ropa...

- No seas mal agradecida, tienes son cosas para ti.- Contestó el pelinegro.

-Solo digo. Traes muchas cosas inútiles. Y no un encendedor.- Comentó la chica.- Ni modo. Habrá que encender la fogata con rocas o palitos.

Tana dejo la tarea a su hermano que indignado mencionó que no sería difícil. Cinco minutos más tarde decidió que mejor se lo dejaba a Chifuyu, que a su vez busco a Takemicchi.

- Ya está oscuro.- Comento Mikey mirando al cansado peliteñido intentando encender una chispa. Mientras deboraba un dorayaki.

- Deberías apresurarte.- Continuó Draken.

-Con esa lentitud no lograras nada.- Siguió Smiley.

-¿¡Que quieren que haga?!- Exclamó Takemichi cansado de las críticas.

Una gran suerte que para comer no fuera necesaria la fogata, pues todos llevaban comida hecha. Todos cenaron viendo al pobre Takemicchi intentando concretar su trabajo. La fogata se encendió, una hora después de que oscureciera, para suerte de todos, y Takemicchi pudo cenar.

- ¿Y si contamos historias de terror?- Propuso Emma.

Pasaron gran parte de la noche entre chistes y leyendas urbanas.

-Dicen que las mejores leyendas de terror son las de tu región. ¿Es cierto?- Pregunto Smiley.

-Mm... no lo se.- Respondió Tana.

- No la busquen.- Respondió Baji.- Contará una de esas historias raras que lee.

-¿Qué historia rara?- Pregunto Tana.- Para que sepas, tu mejor amigo también lee esas historias.

-¡Eh!

-Vamos amiga. Cuenta una historia que nos asuste de verdad.- Dijo Vicky.- No como esas historias de trenes fantasmas.

Tana se tomó un momento para pensar una historia que realmente los dejara sin dormir lo que restaba de noche.

-Cuentan que la guerra, las enfermedades y la esclavitud pueden marcar la tierra. Maldecirla por años y hasta siglos. Es una huella que difícilmente se borra, y daña a familias por generaciones.

Mientras Tana relataba su historia un aire frío recorrió el bosque. Las hojas de los árboles susurraron sobriamente.

-En un campo cualquiera vivía una joven mujer. Su esposo había marchado a la guerra hacia muchos años. Sabía que no regresaría. Ella se llamaba Amparucha y era una mujer fuerte. Así que nunca se dejo caer. Vivía por sus hijos y su tierra. Cuidaba de sus cultivos y ganado. Eran humildes, pero vivían felices y en paz. Sin embargo, la Maldición llegó a su tierra demasiado pronto.

El viento ululaba haciendo temblar a más de uno. El fuego de la fogata danzó con una rara melodía.

-Las Tropas iban con una orden específica. Sacar a todos los campesinos y concentrarlos en las ciudades. Pero Amparucha no quería dejar sus tierras. Se resistió mientras protegía a sus hijos. Los guardias la golpearon y burlaron de ella. Quemaron su casa. Mataron a sus animales y destruyeron sus cultivos.

-Pero... ¿por que?- Pregunto Angry en un suave susurro.

- Eran tiempos de guerra, y los que tenían el poder temían de todos los que vivían en las afueras. Amparucha sabía que no vería nunca más esas tierra. Sabía que su vida pronto terminaría, así como la de sus hijos. Por eso hizo lo único que podía.

- ¿Que hizo?- Pregunto Hina, y se pudo oír el crujir de las hojas.

-En su lecho de muerte Amparucha dijo: ¿Creen que estas tierras y su sangre les pertenecen? De estas tierras no conseguirán nada. Ni un suspiro de vida. Ni una palabra. Ni un brote si quiera.

- ¿Y qué pasó?- Pregunto Kazutora.

-Amparucha murió de una enfermedad junto a sus hijos, mientras vivían en las calles junto a muchos campesinos como ella que habían alejado de sus tierras. Pero la Maldición fue dicha, y como fantasma habita en las tierras bañadas de sangre. En esos suelos hechos campos de batallas, donde descansan miles de cadáver. Amparucha cuida de esas tierra, vela porque no se perturbe la paz en ellas, así como cuido de la suya en vida, ahora protege el descanso de esas almas que murieron en silencio por guerras ajenas.

El silencio reinó en aquel claro del bosque. El viento susurro con silbidos tenebrosos. Ninguno se atrevía a hablar.

-Que gran historia.- Comentó Vicky.- En fin...hora de dormir.

La chica corrió a su colchoneta sin decir más. Nadie se atrevía a comentar algo más. Sólo podían escuchar los raros sonidos del viento y algunas criaturas de la noche chillar en la oscuridad.

-Creo que para la otra podemos ir a la playa.- Propuso Mitsuya.

Hola. Wow...finalmente termine este especial.

La verdad es que esta basado en un sueño. Me demore en escribirlo porque lo había olvidado, jaja. Por suerte suelo escribir mis sueños, así que solo debía recordar donde lo escribí.

La leyenda que cuenta Tana tiene un poco de historia real, un tanto de leyenda urbana de mi pueblo, y un tantito de inversión propia. Si quieren saber más de ello déjenme saberlo en los comentarios.

Hasta pronto. Que tengan lindo día.

Bring Me To LifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora