Un comienzo abrumador

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Durante mucho tiempo existió una enorme separación entre la ficción y la realidad, una muralla que separaba la magia de los humanos por una buena razón: "El poder solo es para aquellos dispuestos a sacrificar todo", tal y como venía inscrito en aquella piedra que cayó hecha pedazos tras el constante ataque de las personas hacia la superficie rígida poseída por la muralla. Aquel día, todo cambió de un momento para otro; el sello se rompió, la magia salió disparada a todos lados, poseyendo a cada uno de los humanos sobre la faz de Barmyr, el planeta en el que ahora ya no existe ninguna otra cosa más importante que la magia.
Los humanos empezaron a formar una sociedad basada en la magia y cimentada en el conocimiento de la misma, arraigando esta idea del estudio en lo más profundo de las personas; los avances tecnológicos fueron desechados a la basura, ya que se habían vuelto obsoletos hoy en día, donde la magia lo era todo para todos. Aquellos fieles a la ciencia fueron rechazando la magia como un buen punto para formar una civilización nueva, pero su voz era tan leve que apenas y fueron tomados en cuenta; ignorados y derrotados, aquellos fieles a la ciencia fueron desapareciendo poco a poco, quedando unos pocos a los que llamaron Detractores o Desertores de la Magia.
Tras la Guerra Civil de Yhivun, casi todos los Desertores habían sido erradicados, dejando solo a los Estudiados por encima de la que se suponía sería la única clase social; sin embargo, tal y como a los humanos les gusta clasificar todo, ahora llamaban Desertores a todo aquel que no quisiera estudiar más allá de una especialización en magia de alguno de los grandes grupos: Medicina, Ilusión, Bélico, Amparo y Menoscabo; creando así, una nueva disputa entre Desertores y Estudiados, en donde la Capitana Uzza fue la encargada de subyugar a todos los Desertores que se oponían al nuevo régimen.
La Capitana Uzza fue una leyenda entre las leyendas, debido a que ella sola pudo derrotar a un ejército de Desertores altamente capaces, siendo la única sobreviviente de su equipo tras esa trágica guerra civil. Después de adquirir esa fama de una persona aterradora, la capitana se deslindó de todas sus responsabilidades, renunciando a la guerra y tomando una vida tranquila en su lugar; se enamoró, formó una familia y crió a su hijo como un auténtico Estudiado.
En la actualidad, ese niño de nombre Khalil, ahora un adolescente, tiene la fama de ser un auténtico demonio a la hora de usar su increíble magia Bélica, dejando inconsciente a todo aquel desafortunado que tiene la maldición de estar en su paso.

– Me voy. – dijo Khalil.

– Cuídate mucho hijo, recuerda que te amo demasiado. – respondió Uzza.

– Sí. –

Tal y como era de esperarse, las exigencias que su madre le había puesto desde muy temprana edad cobraron factura, volviéndolo alguien totalmente frío y distante con cualquier ser vivo.
A mitad de su primer año de la especialización en magia Bélica, Khalil iba demasiado adelantado, ya que con solo 17 años, compartía sus estudios con adultos entre 20 y 34 años, siendo el primer joven en alcanzar ese nivel.

– ¿Oíste lo del Desertor? – cuestionó una voz afeminada.

– ¿Lo del dragón? Venga, ya, no me lo trago ni de broma. – Reprochó una voz masculina.

– Es imposible que alguien sin estudios pueda hacer eso. –

– Y que lo digas, aunque últimamente se habla mucho de él. –

– Sí, sí, pero seguro que contrata a un Estudiado para que le haga el trabajo. –

Dos jóvenes hablaban en los pasillos que tenían conexión directa con las aulas de los de especialización, riendo y sintiendo relajación.

– Hey, ¿Qué no ese es...? – Mencionó perceptivo él.

Del pasillo que conectaba a la especialización, la figura de Khalil impuso una presencia sumamente abrumadora, dejando helada cada parte del cuerpo de ambos jóvenes.

Sin lugar en ningún ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora