El par de mercenarios acompañaban temerosos a la persona con la que menos desearía uno enfrentarse; caminando a sus espaldas, El Cazador los llevó a una cafetería bastante linda, decorada con tonos rosas, magentas y celestes. Los acompañantes del hombre peligroso estaban sorprendidos, siendo incapaces de procesar lo que sus ojos estaban viendo.
– ¡Bienvenidos! ¡Ah, Señor Cazador! ¡Pase! –
La mesera en patines se acercó a los tres, abriéndoles paso hacia una mesa en el rincón de la cafetería. Una vez llegaron a su mesa, la mesera llevó tres malteadas de fresa sin siquiera preguntar, pintando una sonrisa en El Cazador.
– Adelante, prueben, es la malteada más deliciosa que probarán en su vida. –
– Sí, señor. –
Sarvik se echó toda la malteada de golpe, haciendo que El Cazador lo miré con desaprobación.
– Tu amigo es un idiota, a partir de ahora, me dirijo a ti. –
Apuntando a Arachne, ella empezó a comer lentamente su malteada, disfrutando del sabor que explotaba en sus papilas gustativas. Como el beso de un ángel, la malteada chocó con los labios de la mercenaria; aquel gélido ósculo le trajo hermosos recuerdos a la dama araña, sintiendo borbotear la dulce y refrescante sensación nostálgica en su interior.
– Esto me hace sentir como el día en el que comí mi primera persona. –
– ¡Eso! ¡Tú eres capaz de apreciar el arte de una buena malteada de fresa! –exclamó orgulloso.
Sin embargo, esa misma nostalgia le trajo de vuelta recuerdos desagradables: los días que ella fue desmembrada y armada múltiples veces para ser un arma.
– Sin embargo, ese regusto amargo al final me hace odiar este sabor. –
– ¿Amargo? –
El Cazador probó la malteada de Arachne, dándose cuenta que la leche ya estaba pasada.
– La fecha de caducidad, cómo odio esa maldita porquería. –
Usando su magia, El Cazador regresó la leche desagradable a una leche en buen estado, invitándole a propar una vez más; ahora, la sensación dulce y cremosa era consistente y deliciosa.
– Muchas gracias, Cazador. –
– Es un honor para mí ayudar a una nueva amiga. –
El Cazador empezó a degustar su malteada de igual manera, en lo que los dos mercenarios no separaban su mirada de él.
– Les quiero proponer algo. –
El Cazador se dejó de rodeos, mirando a ambos a través de sus ojos, justo en el alma; para poder tener contacto visual con los dos al mismo tiempo, creó dos ojos más en su cara, justo debajo de los originales.
– Reconozco la fuerza de las personas cuando la veo, y ustedes son fuertes. –
– Es un honor oír eso. –
– Sin embargo, me tratan como si fuera un Dios, y no lo soy. –
La mirada de los mercenarios quedó perpleja, intentando entender las palabras de su interlocutor.
– Yo soy un humano al igual que ustedes, uno muy hábil, pero sigo siendo humano. –
– Nosotros no somos... –
– Arachne, destruida y construida miles de veces por el Códice de los Insectos, te volviste un arma que vendió a Ilny. –
– ¿Cómo sabes eso? –
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Sin lugar en ningún lado
FantasíaEn búsqueda de su lugar en este mundo, Khalil Faez, hijo de una legendaria heroína, deberá recorrer un camino tormentoso para poner en alto su nombre. Llenando su vida de amistades, romances y enemigos, Faez no la tendrá nada fácil en su recorrido a...