Lucha por tu vida

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Unas horas antes del asalto a las oficinas de KhalInc, el grupo de El Cazador no dejaba de observar a Khalil acompañado de sus amigos; estando en las zonas más elevadas, su vista no se separaba de aquellos jóvenes héroes.

– Ya conocen el plan. –

– Jefe, ¿me recuerda qué tengo que hacer? –

– Sarvik, deja de llamarme jefe, somos aliados. –

– Lo siento, jefe. –

Suspirando de frustración, El Cazador le explicó de nuevo su papel junto al de Arachne:

– Cuando entre y acorrale a los niños en las instalaciones de tecnomagos, ustedes los emboscan cuando huyan. –

– ¿A quién debería matar primero? –

– Me da igual, solo neutralicen a los que vean más problemáticos. –

– Hay una chica con una Maldición muy fuerte. –

– No la maten, puede que nos sirva también. –

– ¿No puede robarle su poder incluso muerta? –

– Las maldiciones no son magia. –

Tristes los dos compañeros, solo miraban al Cazador preparar sus dos pistolas del tamaño de un paraguas promedio.

– ¿Disparan magia? –

– No, desintegran magia. –

– ¿Cómo es eso? –

– Golpean en el alma, absorbiendo y liberando al mismo tiempo toda la energía. –

– ¿No eso mataría a los magos comunes? –

– Sí, pero ellos son tecnomagos, no morirán. –

– ¿Está seguro? –

– Cincuenta y cincuenta. –

– Parece más un arma para matar Códices. –

– Lo es. –

Tomando sus dos armas, El Cazador se mantuvo vigilante al ver al grupo de jóvenes moverse hacia un crimen cercano.

– Recuerden usar los fragmentos antes de entrar en combate. –

– ¿Qué no estabas en contra de los Códices? –

– Sí, pero si eso les permite matar a Faez, me da igual qué recurso usen. –

– Bastante inteligente de tu parte. –

– ¿Pensabas que me opondría? No soy de ninguna secta religiosa para hacer eso. –

Acompañado de sus aliados, El Cazador fue tras los jóvenes que se fueron a otra calle; al pasar las horas, estaban a unos pocos minutos de entrar a las instalaciones de KhalInc.

– Una vez entre, quiero que activen los fragmentos y creen una cúpula de protección, no quiero daños innecesarios. –

– ¿Ocultamos nuestra presencia? –

– No será necesario, Nimetön solo intervendrá en caso de ver muchos edificios destruidos. –

– Pareces tener estudiado todo. –

– Solo me gusta que las cosas salgan bien. –

El Cazador se lanzó hacia la puerta del Bug Bar, matando al portero con una magia de oscuridad; entrando como un cliente más, la masacre empezó desde que puso su pie en el bar. Los empleados de la planta baja fueron atacados directo al alma con las balas del Cazador, desapareciendo todo rastro existente de que alguna vez estuvieron ahí.

Sin lugar en ningún ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora