Sin control

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Entrando de manera súbita a las instalaciones de KhalInc, el tecnomago y sus amigos arribaron al centro de investigación más grande de SinthCity.

- Dama, necesito información del Códice del Alma. -

- ¿Así nada más? ¿Ni un saludo ni nada? -

- Es urgente, por favor. -

- Si Khalil dice eso, me resulta un tanto preocupante. -

La Dama proyectó toda la información recolectada sobre el Códice del Alma para que Khalil pudiera saber más sobre su enemigo.
Tras un rato de investigación extensa y profunda, Faez se dio cuenta de muchas cosas sobre lo que había estado pasando todo este tiempo.

- Iré a matarlo. -

- ¿Eres idiota? En primera, no sabes dónde está; y en segunda, no vas a poder solo. -

- No hace falta que vengan conmigo, yo solo puedo contra Ellael. -

- ¿Ellael? -

- Es que no sé si es ella o él. -

- Es un buen nombre, la verdad. -

La Dama levantó su pulgar, dando como aprobado el nombre que Khalil le había puesto, anotándolo en sus investigaciones.

- Con el Desolla Nix, puedo acabar con él para siempre. -

Al decir eso, miró a Nycte agachar la cabeza, haciendo a Khalil recordar la promesa que le había hecho a su amiga.

- Buscaré otra forma, solo denme tiempo. -

- Es una locura, Khalil. -

- Puede que sí, pero no puedo permitir que el imbécil que mató a mi madre siga suelto, y también puedo salvar a la gente con la muerte de Ellael. -

- ¿Lo haces por tu madre o por la gente? -

- Por ambos, pero yo tengo mis propios intereses. -

- Poner tus intereses por delante no es ser un héroe. -

- Ya me da igual, traeré justicia a mi manera, salvando a quienes me importen. -

Khalil se dio media vuelta y se retiró a gran velocidad, dejando atrás a todos sus amigos en la sala de reuniones con La Dama.

- ¿Creen que pueda hacerlo? -

- No tengo idea, pero me molesta que el pazguato se haga al importante diciendo cosas tan estúpidas. -

Kishibe se enfureció, así que, al igual que Khalil, se retiró de la sala para ir con Faez a enfrentarse al Códice del Alma.

- Iré a ver qué puedo lograr, Dama, cuida bien de ellas. -

Rodeándose en tallos, Nycte se metió a la tierra para desaparecer al instante, ordenando a La Dama de cuidar a las otras dos amigas de Khalil; Guppy siguió a la Nix, yéndose junto con ella en busca de su amigo.
Por su lado, Faez se había ido hasta las afueras de la ciudad más importante de Yhivun; mirando el horizonte, Khalil empezó a sentir su magia resonar con el Códice de los Desaparecidos.

- ¿Necesitas ayuda? -

Al escuchar una voz femenina, Khalil se dio la vuelta, encontrando a dos fantasmas completamente diferentes.

- Depende de qué me vayan a pedir a cambio. -

- Lulabi, Desaparecida del Dragón, quiero ser tus pulmones. -

- ¿Y el otro?

La energética y carismática Lulabi estaba al frente, mirando a los ojos a Faez; sin embargo, detrás de ella un chico tímido estaba mirando a Khalil con algo de miedo.

Sin lugar en ningún ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora