Monstruos Inducidos

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Khalil tomó asiento frente al Doc, sin desactivar su magia amenazante; el médico sacó un par de tazas y fue a preparar un café para ambos.

– ¿Cómo terminaste aquí, Faez? Me enteré que tu madre desapareció en combate. –

– Estoy trabajando en Khanterbary. –

– Qué frío. –dijo burlón.

Khalil no pensaba responder las cosas tan a la ligera.

– Ya sé, quieres que te diga cómo conocí a tu padre. –

– No, en lo absoluto. –

– Bueno, ¿entonces? Tu apellido suena por todos lados, ¿en qué puedo ayudar a una leyenda? –

– Información sobre las Hermanas. –

El Doc miró intrigado a Khalil, emocionado y hasta motivado.

– ¿Vas a matarlas? –

– Si es necesario, sí. –

– Entonces, estamos del mismo lado. –

El Doc le sirvió la taza de café a Khalil, pero este la hizo a un lado apenas la puso frente a él.

– ¿Te vas a tomar eso? –

Kishibe, por otro lado, se había levantado de inmediato al sentir el olor del café recién hecho.

– ¿Por qué Kishibe me trajo hasta aquí? ¿Qué debo saber de ti que no sepa nadie más? –

– Directo al grano, ¿no? Así me gusta que sean las personas. –

La mirada de Faez decía todo, esperando la respuesta del Doc.

– Yo serví a las Hermanas en el pasado. –

Khalil sintió que algo muy malo estaba a punto de salir de la boca del Doc, por lo que continuó escuchando.

– Y déjame decirte que es casi imposible vencerlas si atacas de frente. –

– ¿Por qué? –

– Ellas tienen a los Ascendidos de su lado. –

– ¿Y quiénes son los Ascendidos exactamente? –

– Personas que nacieron sin magia, sometidas a experimentos inhumanos para intentar otorgarle esta afinidad con lo arcano. –

– ¿Intentaron crear hechiceros? –

– Oh, no, no lo intentaron, lo consiguieron. –

– Supongo que tendrán un ejército. –

– Adivinaste, el ejército de Ascendidos es la cosa más aterradora de las Hermanas. –

– ¿Qué tan fuertes son? –

– ¿Has visto a los Orates? –

– Por supuesto, me enfrenté a varios. –

– Pues cada Ascendido tiene la fuerza de cien Orates juntos y la inteligencia militar de un sargento. –

El sentimiento de terror recorrió toda la médula de Khalil, haciéndolo sudar frío mientras seguía escuchando.

– Lo bueno y no tan bueno, es que la mayoría de Ascendidos están junto al Códice de la Muerte. –

– ¿Por qué deberían ser cuidados por un Primordial? –

– No, ellos cuidan del Primordial. –

– ¿Qué? –preguntó preocupado.

– Si algo le pasa al Códice de la Muerte, las Hermanas perderían su fuerza, es por eso que mandan a todos los Ascendidos a cuidar de él. –

Sin lugar en ningún ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora