Mescier empezó a hacerle un cuestionario básico antes de entrar de lleno con las preguntas sobre lo que le interesaba averiguar.
- ¿Qué sucedió? -
- Un Orate, eso sucedió. -
- ¿Orate? ¿Escuché bien? -
- Sí, esos que entregan su alma a un Códice. -
- Los conozco, sin embargo, es difícil de creer. -
- Créame o no, es lo que pasó. -
- No, no me malentiendas, te creo. -
- ¡Entonces vaya a... ¿cómo dice? -
Khalil quedó en shock al escuchar que Mescier confiaba plenamente en su palabra.
- Te creo, solo que es difícil de digerir. -
- ¿Por qué? -
- Hace poco que apareció uno que destruyó toda nuestra base. -
- ¿Qué? ¿Fue cuando mi madre desapareció? -
- Sí, ese día no encontramos ni rastro de ella, ese maldito era demasiado incluso para tu madre. -
- ¿Y si se trata de alguna especie de secta? -
Mescier lo miró extrañado, a lo que en seguida pidió que encendieran las luces; al llegar la iluminación, la habitación era mucho más pequeña de lo que parecía.
- Mescier, ¿de qué habla el niño? -
- Lo mismo quisiera saber. -
Detrás de los cristales blindados, varios operadores estaban observando a Khalil por cualquier movimiento sospechoso.
- Estuve investigando mucho, y aunque no logré leer tanto sobre los Orate, parecen tener similitudes con los Desaparecidos, más de las que imaginan. -
- Esto tenemos que hablarlo en otro lugar, ¡Suelten al niño! -
Los soldados detrás de la cabina estaban extrañados al oír a su superior pedir eso.
- Pero, señor, asesinó a una chica y destruyó varios edificios con víctimas mortales. -
- Obviamente no fue él, idiotas, todos vimos el cadáver de la joven, ya no era humana. -
Los soldados no pudieron desacatar la orden, así que en seguida fueron a liberar a Khalil; al soltarlo, Mescier lo llevó a una pequeña sala de operaciones que habían reconstruido después del desastre.
- Tu madre pisó este lugar a sus veinte años, ¿cuántos años tienes? -
- Diecisiete. -
- Definitivamente ella tenía razón con lo de niño prodigio. -
Mescier lo sentó al lado de varios camaradas suyos, quienes en seguida reconocieron la cara de Uzza en Khalil.
- ¡Es idéntico a su madre! -
- Espero que sea igual de útil. -
Todos los compañeros que una vez sirvieron a su madre, ahora estaban sentados al lado del sucesor.
- Bien, Khalil, ¿Qué es eso de las similitudes entre Desaparecidos y Orates? -
Mescier tiró a un lado una pizarra que comparaba a los Orates con demonios de mitologías diferentes.
- Verán, tanto Orates como Desaparecidos comparten muchas características tales como la mirada perdida, la falta de humanidad y la desesperación por no pertenecer a ningún lugar - dijo convencido. -. Sin embargo, los Orates tienen la capacidad de controlar a dónde van cuando deciden desaparecer y los Desaparecidos, no. -
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Sin lugar en ningún lado
FantasiEn búsqueda de su lugar en este mundo, Khalil Faez, hijo de una legendaria heroína, deberá recorrer un camino tormentoso para poner en alto su nombre. Llenando su vida de amistades, romances y enemigos, Faez no la tendrá nada fácil en su recorrido a...