Aquí vamos, SinthCity

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En medio de la nada, la única luz entre toda esa oscuridad era la de su alma; no podía sentir, no era capaz de escuchar, y mucho menos estaba en la posibilidad de oler; sus sentidos se habían perdido en el infinito. La magia en su interior se había vaciado, era la primera vez que no podía sentir el calor de lo arcano; su mente disuelta no podía imaginar lo horrible que sería su vida sin esa posibilidad de usar sus hechizos.
Toda su vida Khalil pensó que la magia lo era todo, despreciando a aquellos que no podían usarla, pero ahora él es uno de ellos; a los que hizo un lado por no ser capaces de levantar siquiera un lápiz sin tocarlo. Ahora lo recibían con los brazos abiertos.

– Mi vida ha perdido su sentido desde que te fuiste. –

Entre recuerdos y sufrimiento, Khalil vagaba por el vacío de su alma sin las personas que más amaba, disociando su realidad con su imaginación.
Abrió los ojos, viendo una habitación con una iluminación en tonos rosas, a pesar de que la estructura era blanca.

– ¿Dónde estoy? –

Levantándose de su camilla, se dio cuenta que no se trataba de una simple ilusión: todo dentro de la habitación estaba iluminado con tonos rojos, azules, verdes y amarillos.

– ¿Estaré drogado? –

Su habitación era muy diferente a la que acostumbraba tener, viendo flores holográficas en macetas metálicas con un proyector integrado; la puerta del cuarto, hecha de material sintético, emitía un brillo rojo en sus bordes.

– ¿O será un sueño? –

Acercándose a la puerta, esta no le dejó abrirla, emitiendo una voz que decía: "cerradura bloqueada, introduzca la llave".

– ¿Cuál llave? –

De repente, los bordes se tornaron de un brillo verde, asustando a Khalil; la puerta se abrió, dejando ver a una enfermera sorprendida de ver al paciente de pie.

– ¡Debería estar recostado! –

– ¿Por qué? –

Ella lo llevó de vuelta a la camilla, sentándolo de manera obligatoria.

– Su cuerpo está a nada de consumir toda su magia, ¿cómo puede estar despierto? –

– No es cierto, mi magia sigue... –

Khalil quiso usar su puño de fuego, pero este no sacó ni una chispa.

– Por favor, recuéstese, llamaré a la señorita. –

– ¿Señorita? –

La enfermera salió apresurada, dejando a Khalil acostado en la camilla de vuelta.

– ¿Qué le pasó a mi magia? –

Intentando usar su puño de fuego, este no respondía.

– Ven, Hoori. –

Su arco tampoco fue invocado, al igual que lo intentó con su escudo y la guadaña; al mirar su Códice, se dio cuenta que se había vuelto algo traslúcido y la cadena había perdido tamaño, quedando ajustada a su cuello.

– Khalil, al fin despiertas. –

Arkadya entró a la habitación junto a la enfermera, quien le entregó a la Nix la comida que le habían preparado para él; la enfermera se retiró de inmediato, dejando a solas a ellos.

– Arkadya, ¿Qué pasó? ¿Por qué mi magia no responde? –

– Sí lo hace, pero el dispositivo de contención evita que se canalice. –

– ¿Dispositivo de contención? –

Khalil revisó debajo de su ropa, viendo el dispositivo circular que bloqueaba la canalización de su magia.

Sin lugar en ningún ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora