Con la magia de todos sus aliados y amigos absorbidos, Khalil atacó de primeras a la Princesa, golpeando con una espada de magia justo en su vientre; la cortada se prendió en llamas, causando una explosión cataclísimica en cuanto el fuego hizo contacto con la sangre de Nycte.
La Princesa no lo pensó dos veces, regenerándose de inmediato y regresando a la batalla: empleando sus tallos para distraer a Khalil, Nycte se acercó junto con sus armas de obsidiana para realizarle múltiples cortes a Faez.- ¿Eso fue todo? Esperaba más de una Princesa.
- Y yo esperaba más del hijo de la leyenda, la vida es así, decepcionante.
Khalil se regeneró al instante, mientras se movía a toda velocidad hacia la mujer despistada que tenía de rival; un golpe ascendente fue suficiente para dejarla aturdida; seguida de eso, Khalil la tomó de las piernas y la comenzó a girar. Lanzando a Nycte hacia el cielo, Khalil empleó uno de sus ataques más fuertes.
- Corriente Eterna.
Usando la magia de los Evighet, Faez cambió su movimiento definitivo; Nycte fue alcanzada por el violento ataque mágico, despedazando parte de sus pies y dejándola casi sin manos.
- ¡Imbécil! Mientras más magia uses, más desgastas a tus compañeros, ¿Es que no lo sabes?
Haber atacado de forma tan violenta hizo que todos los portadores de los Códices absorbidos resintieran un poco del dolor.
-¡Ahora estás condenado!
Nycte se acercó a Khalil en un momento, sin darse cuenta de la estrategia de Faez: el tecnomago la dejó llegar a escasos centímetros de él, mientras preparaba su mano con magia atómica.
- Cortesía de Kishibe y Nimetön: Onda Nuclear.
Una perturbación en el espacio-tiempo provocó que Nycte terminara siendo arrojada lejos de Khalil, a la par que la gravedad en el cuerpo de la Princesa aumentaba y su polaridad electromagnética se invertía.
- ¿Qué mierda me hiciste?
- Ahora necesitas usar tu magia para protegerte de la radiación o morirás calcinada por mí.
Sin decir nada más, Khalil comenzó a emanar tanta radiación como para dejar a cualquier agujero negro humillado. La sensación de estar hirviendo comenzó a dispersarse por todo el cuerpo de Nycte; la Princesa no paró de gritar del dolor, mientras veía con furia al tecnomago.
- ¿Cómo puedes seguir de pie? Tu magia debió agotarse hace mucho, no deberías ser capaz de controlar tantos Códices, ¡Tu alma debería fragmentarse!
Khalil solo la veía llorar, sin responder sus preguntas. El tecnomago empezó a cargar uno de sus ataques más poderosos jamás vistos: una esfera de magia capaz de desintegrar cualquier tipo de materia, energía o fuerza fundamental del universo; se trataba de la última esperanza de todos los humanos en el planeta.
- Idiota, tanta magia hará pedazos la existencia misma, tu realidad se irá a la basura.
La dimensión entera comenzó a tener desvaríos en su estabilidad, causando cientos de problemas en el planeta y en el universo entero.
- Un ataque de esa magnitud hará pedazos todo, incluyéndote.
- Por suerte, nuestra dimensión no está en peligro.
Al mirar a su alrededor, Nycte pudo notar la magia del Bastet: una dimensión completamente ajena a la real los tenía encerrados, protegiendo así a todos los humanos del otro lado.
- Tu muerte no será nada fácil, por eso me tomé la molestia de darte una despedida de este calibre.
- Crear dimensiones es una falta gigantesca al código del Reino Imperial, ¡Te harán pedazos cuando se enteren de esto!
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Sin lugar en ningún lado
FantasyEn búsqueda de su lugar en este mundo, Khalil Faez, hijo de una legendaria heroína, deberá recorrer un camino tormentoso para poner en alto su nombre. Llenando su vida de amistades, romances y enemigos, Faez no la tendrá nada fácil en su recorrido a...