El grupo de amigos no paró de buscar a la Nix de las flores, bajando hasta las calles de la ciudad.
– Me dijo algo de una hamburguesa. –
– ¿Qué hamburguesa? –
Khalil se había quedado con el volante que le enseñó Nycte, mostrándoselo a Arkadya también.
– Esta tienda ni siquiera existe. –
– ¿Cómo que no? –
– Algo está mal, hay que apresurarnos. –
Siguiendo la dirección que decía en el panfleto, todos fueron corriendo, preocupados por su amiga y pensando en lo peor. Mientras tanto, los tres mercenarios tenían rodeada al Códice de las Flores, poniéndola en una situación extremadamente peligrosa.
– Yo no pedí venir al mundo. –
– Nadie lo hizo, pero tu caso es particular. –
– ¿Por qué? ¿Por venir de Ilny? Yo no decidí eso. –
– El Códice de la Medicina y de las Enfermedades jamás debieron tenerte, no son humanos para reproducirse. –
– Sin embargo aquí estoy, por culpa de sus experimentos. –
– Eres y serás un error, todo el mundo lo sabe, deja de pensar que no es así. –
– ¡Yo no soy ningún error! ¡Yo soy la Princesa de las Flores! –
Usando sus raíces, hifas y espinas, Nycte empezó a atacar sin piedad en contra de los tres mercenarios; sin embargo, los trajes nuevos de Sarvik lograron repeler todas las plantas de la Códice. El Cazador usó sus balas para despedazar las plantas carnívoras que intentaron acercarse a él, mientras sus compañeros avanzaban hacia Nycte.
Arachne logró llevar sus telarañas hacia la Princesa, atrapándola en sus redes; aprovechando las telarañas, Sarvik se impulsó hacia Nycte, atravesando su abdomen con su cuerno. La Códice sintió un dolor inmenso, especialmente cuando el cuerno empezó a liberar electricidad de alta tensión.– ¡Estás cociendo mis órganos! –
– Perdón, señorita, no es nada personal. –
– ¡Pues se siente como si lo fuera! –
– Solo hago esto por mi familia. –
Mirando los ojos del rinoceronte, la Nix sabía que no mentía, pudiendo sentir algo de lástima por él; sin embargo, la lástima no salvó al mercenario de recibir un golpe tan fuerte que le destrozó el cuerno. Usando sus plantas carnívoras, había huido del cuerno eléctrico de Sarvik, lista para regresar a la batalla.
– Aún no me recupero del todo, pero puedo pelear. –pensó inquieta.
Una voz en la mente de Nycte empezó a resonar en cuanto terminó de hablar consigo misma.
– Mátalos a todos. –
– Cállate. –
– ¡Opino lo mismo! ¡Matemos a todos! –
– Cierren la boca. –
– Ellas tienen razón, la única persona que merece vivir es Khalil. –
– ¡Nos prohibieron matar! ¡Recuerden! –
Cinco chicas estaban alborotadas dentro de su cabeza, haciendo a la Nix caer de rodillas, desesperada para que guardaran silencio.
– Cazador, ¿Es buena idea atacarla en ese estado? –
– No es honorable, pero si no lo hacemos... –
De un grito desgarrador, los tres mercenarios se quedaron viendo a Nycte, quedando atónitos al verla sacar de su espalda varios tallos; como si fueran una planta, cada una de las cervicales de Nycte empezó a liberar raíces por toda su piel.
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Sin lugar en ningún lado
FantasyEn búsqueda de su lugar en este mundo, Khalil Faez, hijo de una legendaria heroína, deberá recorrer un camino tormentoso para poner en alto su nombre. Llenando su vida de amistades, romances y enemigos, Faez no la tendrá nada fácil en su recorrido a...