Zahakk no detuvo sus ataques bajo ninguna circunstancia, usando los poderes del cuerpo de Khalil sin dudar; sin embargo, Nycte no es tan débil como él pensó. Esquivando los ataques del Desolla Nix y contraatacando de manera perfecta, los tallos de la Princesa atravesaron partes del cuerpo de su amigo; aún con tantas heridas por curar, la magia del villano no parecía cesar en ningún momento.
– ¿A caso es magia infinita? Eso es imposible. –pensó preocupada.
A diferencia del Desolla Nix, a la Princesa sí le afectaba el desgaste mágico, cansándola poco a poco con cada ataque invocado.
La flecha de Hoori alcanzó a incrustarse en la pierna de la Nix, haciéndola caer al suelo del dolor; quemándola desde dentro, la punta de la saeta estaba envuelta en llamas oscuras.– ¡Vamos a morir! –
– ¡Haz algo, estúpida! –
– Me muero de hambre. –
Sus voces entraron en pánico, gritando dentro de su mente y causándole un dolor de cabeza agudo; para evitar cualquier daño extra, Nycte se rebanó la pierna para separarla de su cuerpo, regenerando otra a base de plantas.
– Pareces conocer bien mis trucos. –
La pierna separada del cuerpo se incendió en el mismo fuego negro, mostrando la decisión correcta que la Nix había tomado.
– Sin embargo, aún no eres lo suficiente...
Zahakk estaba dando su discurso malévolo cuando un bate le destrozó la mandíbula de un golpe, llevándolo al suelo de inmediato; el Bastet estaba tan furioso que su magia desbordaba hacia todos lados, dejando sin palabras al Desolla Nix.
– ¿Aún puedes pelear? –
– No creas que soy una debilucha. –
Kishibe le extendió la mano a Nycte, ayudando a que se pusiera de pie una vez más.
– Me alegra, porque tenemos que matarlo. –
– No funcionará, su magia es ilimitada. –
– ¿Ilimitada? Eso sí que es un problema. –
– Mis ataques son débiles ante su fuego, pero tu bate parece hacerle bastante daño. –
– ¿Tienes algún plan? No quiero dejar sin caminar a Khalil cuando recupere su cuerpo. –
– No creo que lo vaya a recuperar. –
– Yo sé que sí, es mi amigo y rival, confío en su fuerza. –
Dándole una bofetada a la lealtad de Nycte, Kishibe era en extremo fiel a la creencia de que Faez podría volver al control.
– Yo tengo un plan. –
Sorprendiendo a los dos amigos, el pequeño perro robot salió de la espalda de Kishibe.
– ¿De dónde saliste? –preguntó sorprendido.
– Me subí en cuanto terminó tu ceremonia. –
– Ya veo, ¿Y? ¿Cuál es tu plan? –
– Contendré toda la magia del Desolla Nix. –
La mirada de los dos aliados se quedó perpleja, puesto que ellos sabían lo que significaba contener tanto poder mágico.
– Morirás si haces eso. –
– Don Khalil haría lo mismo por cualquiera. –
– Rodog, no tienes qué hacerlo. –
– Es mi deber, como el brazo derecho de mi amo. –
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Sin lugar en ningún lado
FantasiaEn búsqueda de su lugar en este mundo, Khalil Faez, hijo de una legendaria heroína, deberá recorrer un camino tormentoso para poner en alto su nombre. Llenando su vida de amistades, romances y enemigos, Faez no la tendrá nada fácil en su recorrido a...