Una vez que terminó la tercera y última prueba, Kishibe recuperó su brazo gracias a Nimetön, y todos regresaron a la dimensión real, tres horas después de que las pruebas empezaron; el Bastet felicitó al beisbolista, entregó su medalla de honor y terminó con todo el evento al felicitar a los participantes. Sin embargo, de entre todos los Nix, aquel de armadura medieval estaba separado del resto.
– Aryan. –
– Khalil, qué bueno verte. –
– Perdón por no combatir contigo. –
– Ni lo menciones, encontré al verdadero Bastet gracias a eso. –
– ¿Encontraste? –
– Supongo que ya lo puedo decir, así que te lo confesaré porque parece que Kishibe te tiene mucho aprecio. –
Aryan le mencionó todo sobre las Pruebas: él no fue llevado para ganar, sino para probar quién merecía ser el verdadero Bastet que protegiera a la gente.
– ¿Y por eso querías luchar conmigo? –
– Era el plan inicial, pero terminé encontrando a alguien mucho mejor para el puesto. –
– No sé si sentirme halagado u ofendido. –
– Pues gracias a que no peleaste conmigo, tu amigo ahora es un Bastet, supongo que es un halago. –
– Eres tan cínico, me recuerdas a cierta persona que busco. –
Viendo la tristeza en los ojos de Khalil, Aryan leyó de manera impecable el ambiente, evitando mencionar algo sobre lo que dijo.
– Si necesitan ayuda con algo, pueden contar conmigo. –
– ¿Pero los Nix no te echarían por trabajar con un asesino? –
– Soy el Nix más fuerte, solo Nimetön me puede dar órdenes. –
El Caballero Dorado empezó a sonreír de manera burlona, recordándole con nostalgia al amigo perdido de Faez. Khalil vio en Aryan a un ayudante de mucha utilidad para un futuro cercano, así que no quería perder el contacto con él.
– Habrá una fiesta para Kishibe esta noche, deberías llevar a todos tus amigos, les encantará. –
– ¿Estarás ahí? –
– Para nada, mis labores de Nix continúan, estoy buscando a una Primordial loca. –
Viendo a un Khalil cabizbajo, la lectura de ambiente era de lo más destacable de Aryan.
– Puede que me pase antes de irme, aunque solo es para amigos cercanos. –
– Kishibe te debe de adorar después de la batalla tan intensa que tuviste con él. –
– ¿En serio? ¿Es que de verdad es un gorila? –
Las chicas llegaron a interrumpir su conversación: Nycte se abalanzó sobre Khalil, llenándolo de abrazos y besos, mientras que Calli la intentaba despegar; Mei solo se estaba riendo de la pelea por Faez, dejando a Arkadya sola con Aryan.
– Subteniente. –
– Somos del mismo rango, güerito, ya cálmate. –
– Es la costumbre, me disculpo, subteniente. –
– ¿Por qué me sigues hablando así entonces? –
– Costumbre, lo siento. –
Arkadya, fastidiando a Aryan, empezó a reír mientras el caos entre las chicas continuaba.
– Fue muy lindo tu detalle para Kishibe. –
– Solo era mi trabajo, no es necesario que me halague. –
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Sin lugar en ningún lado
FantasyEn búsqueda de su lugar en este mundo, Khalil Faez, hijo de una legendaria heroína, deberá recorrer un camino tormentoso para poner en alto su nombre. Llenando su vida de amistades, romances y enemigos, Faez no la tendrá nada fácil en su recorrido a...