Gunnar, hoy es un hermoso día, deberías venir con nosotros, prometo que te divertirás.
- Paso, odio los cúmulos de gente en espacio cerrado. -
Gunnar tenía frente a él a una chica que le hacía sentir en calma y con mucha felicidad.
- Entonces también me quedaré. -
- No, deberías ir, no tienes qué desperdiciar tu tiempo conmigo. -
- No es un desperdicio, siempre y cuándo estemos juntos. -
Ella lo tomó del rostro y le dio un beso en la mejilla tan apasionado que ni siquiera parecía estar destinado a esa parte de su cara.
- ¿Qué te parece si vemos películas juntos? -
- Sería lo más hermoso que nadie ha hecho por mí. - dijo enternecido.
Ambos entraron a su hogar, disfrutando de una tarde llena de películas; cada segundo a su lado era sencillamente maravilloso, Gunnar estaba en su lugar.
- ¿El ejército? -
- Sí, siempre he querido proteger a otros. -
Gunnar miró a la chica con extrañeza, cuestionándola por su decisión.
- ¿Sí sabes que no solo salvan gente? También la matan. -
- Por supuesto que sí, pero tranquilo, Uzza cuidará de mí, ella sabrá qué hacer si me quedo en blanco. -
- Siempre tan terca. -
Ella lo abrazó, haciendo que Gunnar tuviera que acceder a su decisión para verla feliz. Los meses pasaron y no había duda, aquella mujer era tan feliz de tener a Gunnar que no hubo un solo segundo que no le mandara cartas de amor cada semana mientras se preparaba para ir a una guerra bastante importante:
"Querido Gunnar, te mando esta carta para contarte que en un par de días, tomaré el frente de combate contra los Desertores, junto a Uzza; ella se ha vuelto tan buena que me es difícil seguirle el paso, pero sé que tarde o temprano lo haré. No olvides lo mucho que te amo. Con cariño,..."
Después de aquella carta, Gunnar jamás volvió a recibir noticias de ella, obligándolo a ir en busca de su amada hasta la base militar.- ¿¡Dónde está!? ¿¡Qué le sucedió!? - gritaba desesperado.
La amiga de su amada salió a dar la cara, entregándole su cadena de identificación a Gunnar.
- Lo siento, no pude protegerla. -
- No... -
Gunnar, devastado, gritó a todo pulmón lo mucho que odiaba al ejército por hacer tales estupideces como lo era la guerra; llorando y con el corazón en la mano, se retiró, jurando que algún día ellos se arrepentirían de haber mandado a una joven inexperta al frente de batalla.
- Prometo que te encontraré. -
Viajando kilómetros lejos de Uzbani, Gunnar tomó rumbo hacia la aldea destruida de los Desertores, oculta entre un espeso bosque. Cuando llegó a aquel devastado lugar, lo único que veía eran cuerpos quemados, electrocutados y ahogados; un escenario nada lindo para quien había perdido a la única persona que lo hacía estar en su lugar.
Explorando la aldea, encontró el pendiente favorito de su amada, recordando tantos hermosos momentos y reviviendo las veces que estuvo a su lado, siendo feliz.- La vida me quitó todo, yo le quitaré todo a la vida. -
Roto en su interior, Gunnar estaba dispuesto a destruirlo todo con tal de traer de vuelta a la única que pudo hacerlo sentir en su lugar especial.
Tomando el pendiente, viajó y viajó miles de kilómetros, llegando a las fronteras de Yhivun; su destino no era el mar, sino un templo oculto en la arena de las orillas de la playa, el único lugar donde podría encontrar de nuevo a su amada.
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Sin lugar en ningún lado
FantasyEn búsqueda de su lugar en este mundo, Khalil Faez, hijo de una legendaria heroína, deberá recorrer un camino tormentoso para poner en alto su nombre. Llenando su vida de amistades, romances y enemigos, Faez no la tendrá nada fácil en su recorrido a...