Secreto entre vísceras

2 1 0
                                    

Cuando la lluvia terminó, Khalil y Nycte habían retomado la misión; junto a su guía, partieron hacia la granja de nuevo.

– ¿No tienen un mejor transporte? –

– Señorita, los caballos son lo más discreto para llegar a la granja. –

– Ya sé, pero, ¿por qué usarlos desde antes? –

Nycte estaba encima de su equino, refunfuñando entre dientes.

– Las Hermanas tienen ojos por todas partes, si usamos a los caballos a unos metros de la granja, nos descubrirán y desollarán. –

– Solo espero que esa granja tenga un baño, no pienso oler a caballo todo el día. –

Mientras Nycte se quejaba del olor penetrante del animal, Khalil no dejaba de mirar el horizonte, pensante y perdido.

– ¿Sucede algo, señor? –

– Solo estoy pensando en lo que dijiste. –

– ¿En qué parte? –

– Si no recuerdo mal, el Códice de la Muerte es otro de los Primordiales, ¿no? –

– No tengo idea, nunca llegué a tener tanto rango para saberlo. –

– Pero de ser así, significa que el Códice del Alma no regresó solo y debe haber más Códices Primordiales por ahí regados. –

La mente de Khalil una vez más empezó a trabajar como antes, empezando a unir los hilos para obtener una respuesta de sus dudas.

– Khai, ¿Por qué pones esa cara? –

La mirada de Khalil tomó una forma extraña mientras estaba concentrado en sus pensamientos, haciendo reír a Nycte.

– ¿Se te ocurrió algún plan? –

– No, es solo otro de mis pensamientos. –

Los tres avanzaron hasta las afueras de Khanterbary, llegando a una zona más rural; un pequeño pueblo estaba a unos pocos kilómetros de la ciudad, lleno de establos y ganado.

– ¿Es por aquí? –

– Sí, está a unos cinco kilómetros más. –

– ¿Algo que debamos saber antes de llegar? –

– Que ya no podré acompañarlos después de la fábrica de carne. –

– ¿Fábrica de carne? –

– Sí, está a mitad de camino, ya la verán. –

Al cabo de unos cuántos minutos, llegaron a una fábrica enorme que no dejaba de generar humo y una gran cantidad de ruido; los filos de las sierras eléctricas girando hacían un escándalo por toda la zona.

– A partir de aquí ya no puedo seguirlos, tal y como dije. –

– ¿Por qué? –

– No soy lo suficientemente fuerte para aguantar lo que hay en la granja. –

– ¿Y cómo sabremos que no nos delatarás? –

– Hagamos un contrato si tanto dudan de mí. –

El hombre sacó una hoja hecha a base de magia, a lo que Khalil se quedó sorprendido, pues era la primera vez que veía algo así.

– ¿Qué es esto? –

– Un contrato, ¿Nunca han hecho uno? –

– Para nada. –

– Veamos, les explicaré rápidamente entonces. –

El contrato no es más que un acuerdo entre dos o más seres con magia, permitiendo establecer reglas que deben ser cumplidas por ambas partes; si uno de los dos rompe el acuerdo o muere antes de lo establecido, el contrato se anulará y borrará la existencia del infractor. Los animales y bestias sin razonamiento no pueden establecer contratos.

Sin lugar en ningún ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora