El resplandecer

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Con el calor de un millón de soles, la piel de Khalil y Gunnar estaba en llamas, poniendo a todos los Nix juntos del mismo bando.

– ¡Ni siquiera yo sé si podría con tanto calor! –

– Es impresionante, tanto poder... –

La magia de ambos era superior a la de cualquier Nix presente.

– Es casi igual a la de un Bastet. – dijo impresionada.

Arkadya no podía ni imaginar la cantidad de magia que ambos podían llegar a alcanzar con el entrenamiento adecuado.

– ¡Ataquen! –

Todos los Nix corrieron hacia los amigos con todas las esperanzas puestas en que podrían derrotarlos.
Deslizándose entre todos los soldados de barro y compañeros militares, Khalil empezó a dar piruetas por el aire, golpeando a tantos como el tamaño de su cuerpo le permitiera; destruyó a todos los soldados de barro, noqueó a cada uno de los Nix de su lado, y terminó cara a cara contra Qin Shi.

– El hijo de la leyenda. –

– Espero estar a la altura de la tan famosa leyenda en ascenso. –

– Eso está por verse. –

Por su lado, Gunnar acabó con todos usando su Bō, derribándolos y rematando con golpes quirúrgicos y en puntos esenciales, quedando cara a cara con Guppy, una de las más fuertes de los Nix.

– Es un honor, señorita. –

– Si luchas junto a Khalil, el honor es mío. –

Ella se cubrió de una armadura de oscuridad, lista para combatir con la luz incandescente de Gunnar.
Khalil esquivaba los ataques cuerpo a cuerpo de Qin Shi, pero este le devolvía el mismo favor, evitando ser golpeado por Faez; en su parte, Gunnar chocaba sus golpes contra Guppy, dándose cuenta que ninguno de los dos era capaz de hacerle daño al otro.

– ¡Khalil! –

– ¿Para qué soy bueno? –

– Bailemos. –

Gunnar se deslizó entre las piernas de Khalil, cambiando de enemigo y desorientando a los Nix veteranos; Gunnar era más veloz que Khalil, conectando varios golpes consecutivos a Qin Shi, dañando ligeramente al joven promesa; por otro lado, Khalil era más astuto que Gunnar, pasando a través de la defensa de Guppy, dañándola con todo y armadura.

– ¡De vuelta! –

Una vez más, cambiaron de pareja, Gunnar pasando por encima de la espalda de Khalil; al regresar, y tener desorientados a ambos, empezaron a conectar golpes consecutivos.

– ¡Una vez más! –

En su último cambio, ambos pegaron espalda con espalda en mitad del aire, impulsando un salto doble con sus cuerpos; los dos salieron disparados como proyectiles hacia sus parejas, dejándolas fueras de combate con ese último movimiento.

– ¡Es increíble! ¡Derrotaron a nuestros mejores ases! –

Arkadya estaba muy sorprendida, a la par que molesta con todos sus subordinados tan débiles que tenía.

– Aún falta decidir a un ganador. –

En eso, Nycte salió con las manos en alto, caminando hacia los dos amigos.

– Les dejo eso último, no pienso quemarme las cejas. –

Ella le tocó sus hombros, quemándose y haciendo que sacudiera sus manos para alivianar el dolor; Nycte se fue caminando sin más, renunciando a la última pelea.

Sin lugar en ningún ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora