Khalil, después de todo el desastre que ocurrió, regresó al complejo de apartamentos donde vivía, solo para encontrarse camiones de mudanza, con trabajadores cargando muebles y pertenencias a los mismos camiones.
– ¿Alguien se muda? –
Al entrar a los apartamentos, encontró a una Calli ayudando a llevar sus cosas a los trabajadores.
– ¡Calli! ¿Qué sucede? –
– Khalil, lo siento, una amiga mía cayó enferma, tengo que mudarme para cuidar de ella. –
– Ah, lo entiendo, espero que todo esté bien. –
– Lo estará, seguro que sí. –
Con su sonrisa de siempre, calmó la tristeza de Khalil de ver cómo su amiga y vecina se tenía que ir.
– Espero volver a verte pronto. –
– Solo será por unos días, tranquilo, en cuanto se mejore, regresaré. –
– Te esperaré, no importa cuánto tiempo pase. –
– Gracias, Khalil, siempre eres muy tierno. –
Ella le agarró los cachetes a Khalil, jugando con ellos mientras se reía; después de eso, se fue a seguir subiendo sus cosas a los camiones. Khalil, por su parte, entró a su habitación y se tiró a su cama.
– ¿Quién diría que extrañaría a una persona que conocí hace unos pocos días? –
Hablándole al techo, cerró los ojos para echar una pestaña; al caer dormido, la visión de la otra vez había regresado.
– Ayuda, Khalil. –
La misma mujer entre espinas de oscuridad no dejaba de pedir auxilio.
– No me dejes ir, ayuda. –
– ¿Qué? ¿Quién eres? –
– No me dejes ir, no me dejes ir, no me dejes... –
Ella no dejó de repetir las mismas palabras una y otra vez. Después de un rato escuchándola, una mano gigante de oscuridad apareció detrás de la mujer.
– Khalil Faez. –
Una voz de ultratumba se escuchó por toda la habitación oscura; la mano gigante atrapó a la chica y la empezó a arrastrar lejos de él.
– No puedes salvar a todo el mundo. –
La mujer se perdió entre toda la oscuridad, haciendo que Khalil no dejara de correr en busca de ella.
– Aprende a soltar a los muertos y deja de llorar por los vivos. –
Una silueta enorme de un cráneo apareció debajo de Khalil, abriendo la boca lentamente para engullir al joven.
– La muerte es una trampa de la que nadie puede escapar. –
La boca se cerró, llevando a Khalil a lo más profundo de sus sueños: un vacío infinito, donde el ambiente era tan helado que el mismo fuego era capaz de congelarse.
– Sálvame, Khalil. –
Escuchando por última vez la voz de la mujer, Khalil despertó. No solo su corazón estaba agitado, sino también su alma; su cuerpo no paraba de sudar, pero él sentía como si se estuviera congelando.
– Mierda, me quedé dormido. –
La noche ya había caído, inundando de oscuridad todo su apartamento; sin ganas de seguir durmiendo, se levantó para enjuagarse la cara.
– ¿Y esto? –
En la entrada de su habitación, un paquete estaba esperándolo, con una nota que decía: "Esto es por la ropa del otro día, muchas gracias, Khalil."
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Sin lugar en ningún lado
FantasyEn búsqueda de su lugar en este mundo, Khalil Faez, hijo de una legendaria heroína, deberá recorrer un camino tormentoso para poner en alto su nombre. Llenando su vida de amistades, romances y enemigos, Faez no la tendrá nada fácil en su recorrido a...