Campamento: Llegada

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La llegada de todos al campamento fue la mejor parte para Khalil, pues él era quien lo esperaba con más ansias.

– ¿Emocionado? –

– Un poco. –

La chica de orejas de gato se acercó a Khalil en cuanto bajaron del camión.

– Me gusta este lugar. –

– Es sorpresivamente lindo. –

– ¿No esperabas algo así? –

– Somos Nix, Khalil, lo que menos podemos esperar son cosas lindas. –

– Ya sé, pero aún así. –

– Ya, déjalo, Guppy, el chico aún no ve la peor parte de ser un Nix. –

Qin Shi salió desde detrás de ambos, tan serio como de costumbre.

– ¿Por qué no eres un poco más sonriente Qin Shi? –

– ¿Y terminar como tú? Paso. –

– Alguien está celoso de que yo pueda ser feliz con una bola de estambre. –

– Cierra la boca, vinimos aquí a entrenar, no a divertirnos. –

– Pero si hay un evento de fuegos artificiales al terminar las dos semanas, ¿Qué te hace pensar que no es para divertirnos? –

– Solo un estúpido se relajaría en estas condiciones. –

Guppy sonrió de oreja a oreja, lista para no dejar de molestar a su compañero de habitación durante todo el campamento.

– Arkadya, ¿Dónde está...? –

– Ellos están en sus dormitorios, ¿por qué no vamos a instalarnos también? –

– ¿A caso...? –

– Sí, estaremos juntos, por órdenes del director. –

– ¿Y ahora qué se trae entre manos el viejo? –

– Me dijo que te vigile, sabe lo que un adolescente con el corazón roto es capaz de hacer, así perdió a su hijo. –

Ella movió su equipaje y se fue directo a su habitación, dejando sin palabras a Khalil. Como se esperaría del primer día, solo se les dejó instalarse y se les entregó un recorrido por todas las instalaciones, topándose varias veces con Gunnar, con quien solo intercambió miradas.

– ¿Por qué no le hablas?

– Ni de broma, además, está con Nycte. –

– Ella solo está para vigilarlo también, en cuanto te acerques se irá. –

– No, no pienso ceder. –

– Vamos, Khalil, ambos sabemos que no hizo nada malo. –

– Mató a mi madre. –

– A este ritmo, tendré que ser yo quien se lo explique. – pensó inquieta.

Al caer la noche, Arkadya le golpeó la cara a Khalil mientras dormía, poniendo de pie casi de inmediato a Faez.

– ¿Por qué te gusta pegarme mientras duermo? –

– Es divertido. –

– ¡Yo no le veo lo divertido! –

Ella empezó a reírse, cuando una luz pasó frente a su ventana, alumbrando hacia dentro; Arkadya tiró a Khalil a sus pies, quedando encima de él en una posición fácil de malinterpretar.

– ¿Qué carajo haces? – preguntó en voz baja.

– ¿Quieres ser descubierto? –

– ¿Por quién o qué? –

Sin lugar en ningún ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora