Sin lugar en ningún lado

Enemigos

En medio del campamento, el fuego se extendía por todos lados, llenando de pánico a los trabajadores y algunos Nix del lugar.

– ¡Khalil! ¿Qué sucede aquí? –

Arkadya llegó lo antes posible al lugar, encontrando a Nycte y Khalil intentando apagar las llamas con magia de agua.

– No tengo ni idea, es como si algún tanque de gasolina hubiera estallado. –

– Mierda, ¿Qué estará suce... –

De las llamas de una de las cabañas, una magia peligrosa, sanguinaria y devastadora se sentía; quitando todos los escombros, un hombre casi totalmente desnudo se abrió paso entre las llamas; un tatuaje negro que cubría la mitad de su cuerpo lo hacía distinguir que no se trataba de un tipo cualquiera.

– ¡Señorita Arkadya! Qin Shi, Guppy y el teniente Seth fueron derribados, están en una especie de trance. –

– Hijo de puta, nos quitó nuestros más grandes pilares ofensivos. –

Sin poder despertar, ambos estaban bajo el efecto de una de las magias más molestas que los puso a dormir.

– Magia Menoscabo, la de mayor rango entre hechiceros. –

– Ni siquiera mi madre podría controlarla. –

– Sea quien sea ese sujeto, pensó muy bien antes de actuar. –

– ¡Arriba! –

De repente, alrededor de todo el campamento, una cúpula de protección empezó a cubrir la zona para que nadie entre ni salga de su interior.

– Ocultan nuestra presencia, ¿Es porque estamos cerca de la capital? –

– Definitivamente es eso, nadie quisiera meterse con Nimetön. –

El hombre que había salido de las llamas no dejaba de mirarlos, sin realizar ningún movimiento en lo que la cúpula de protección se terminaba de desplegar.

– ¡Hay que huir! –

Uno de los Nix que quiso correr fuera del área fue despedazado de manera instantánea, dejando solo sus órganos regados por todos lados.

– Mierda, parece que quieren eliminarnos cueste lo que cueste. –

– ¿Qué deberíamos hacer? –

En eso, una Nycte enfadada saltó hacia el hombre desnudo, usando su armadura de flores y espinas; sin embargo, al momento que llegó hacia el sujeto, la cúpula había finalizado su extensión.

– ¡Nycte! –

El sujeto pintó una sonrisa de oreja a oreja en su rostro, mirando directo a Nycte en el alma. Todos intentaron correr para ayudar a la Nix imprudente, pero un estallido de oscuridad los hizo retroceder; al recuperar la visión del panorama, observaron a una Nycte atrevasada por cientos de estacas de oscuridad por todo el cuerpo; el hombre que le había destrozado el cuerpo con esas estacas giró la mirada directo a Khalil, demostrando que no solo se trataba de un Orate más, sino que en el interior de aquel ser tan repulsivo y desagradable, existía un poder mucho mayor al de un fragmento.

– Arkadya, ese sujeto tiene un Códice. –

– ¿De qué hablas? –

– Un Orate jamás sería capaz de hacerle frente a Nycte. –

Tras esas palabras, el libro colgando del cuello apareció en el hombre, mientras este seguía sonriendo al encontrar una nueva presa con la qué jugar.

– ¡Atención a todos! Procuren salvar a Nycte, que nadie enfrente a ese sujeto por su cuenta, lleva un Códice consigo. –

Todos los Nix que tenían rabia en su interior tuvieron que apaciguarla, pues sabían que no serían rival para un enemigo de semejante poder.