En la cama de un hospital lindo y bien decorado, una princesa empezaba a abrir sus ojos lentamente.
– Qué buena siesta me eché. –
Nycte llamó a la enfermera para que le llevara algo de comida, en lo que ella se quedaba viendo por la ventana; al llegar su plato, ella empezó a sorber de la sopa que le habían regalado.
– Cocina muy rico, señorita. –
– Yo no lo hice, solo me encargo de traerlo. –
– Pues felicite al chef de mi parte. –
Procediendo a comer las verduras con carne en el otro plato, ella iba recuperando fuerzas.
– Señorita. –
– Sí, dígame. –
Nycte apuntó hacia la ventana, viendo un punto negro en el horizonte.
– ¿Aquí las personas suelen volar a la velocidad de un avión de caza? –
– Para nada. –
– Entonces debería correr. –
La enfermera se asustó al ver cómo un cuerpo estaba volando directo hacia el hospital, llamando a todos los de seguridad para intentar detener al humano volador no identificado.
– Estoy despertando de un coma y ya tengo qué trabajar, maldita sea la vida adulta. –
Creando una flor gigante que cubrió todo el hospital, dejó boquiabierto a todos los trabajadores y pacientes; al cabo de unos segundos, el cuerpo de una mujer chocó contra la flor, logrando detener el noventa y nueve porciento del daño al edificio. La ventana de Nycte fue el único daño que había recibido.
– Gracias por atraparme. –
– ¡Arkadya! No sabía que te gustaba volar sin control hacia hospitales. –
Arkadya logró levantarse, intacta del golpe, pero con una abertura bastante grande en su armadura.
– Vamos, Nycte, tenemos trabajo qué hacer. –
– ¿De qué hablas? Aún no termino de comer. –
– Despierta a Mei y dile que nos vemos en la puerta del hospital. –
– No estoy entendiendo qué sucede. –
– Te explico en el camino, solo apúrate. –
Arkadya bajó lo antes posible, dejando a Nycte en su habitación, llevándose su plato de comida en lo que iba a despertar a Mei.
Mientras tanto, Khalil estaba disfrutando de las vistas en la cima de KhalInc., observando la belleza de la tecnomagia.– ¿Por qué hay tanta gente aquí? –
– Hay tantos tecnomagos como Nix, pequeño. –
– Nunca creí ver tanta tecnología en un solo lugar. –
Alas propulsadas con magia; brazos que hacían levitar cosas a distancia; armas capaces de crear portales; y hasta brazos reguladores como en el que se había transformado Rodog.
– Pruébalo, tu amiguito lo agradecerá. –
La Dama le entregó uno de esos brazos robóticos a Khalil, haciendo que Rodog regresara a su forma de perrito adorable.
Al ponerse el brazo robótico sintió cómo toda su magia era absorbida por este; dejando un pequeño flujo en el resto de su cuerpo, la mayoría de su magia había sido tomada por el brazo derecho.– Pareces poseer magia casi ilimitada en ese brazo. –
– Es una historia muy tonta, prefiero no contarla. –
ESTÁS LEYENDO
Sin lugar en ningún lado
FantasyEn búsqueda de su lugar en este mundo, Khalil Faez, hijo de una legendaria heroína, deberá recorrer un camino tormentoso para poner en alto su nombre. Llenando su vida de amistades, romances y enemigos, Faez no la tendrá nada fácil en su recorrido a...