La araña y el rinoceronte

1 1 0
                                    

Creada por el Códice de los Insectos, mi destino era convertirme en un arma.
Secuestrado por el Códice de las Enfermedades, mi destino era ser un ingeniero de combate.
La vida da tantas vueltas inesperadas, locas y desagradables que son un dolor de cabeza. Cuando era pequeña, mi creador me vendió al Códice de las Enfermedades, quien experimentó conmigo hasta que mi alma ya no soportara más.

– Doctora Ilny, ¿Está segura de esto? –

La doctora tenía un ayudante con un acento que arrastraba mucho las palabras con la "r" ; sin embargo, su ayudante era mil veces más cuerdo que la maldita y enferma doctora.

– Su estado es crítico, debemos hacerlo. –

– Sí, doctora. –

Engañando al pobre secretario, él construyó máquinas capaces de desmembrar personas y ensamblarles partes mecánicas imbuidas en magia; fui sometida a estas máquinas incontables veces, mi cerebro sufrió tanto que decidió desechar parte de esos recuerdos.

– La doctora nos pidió intentar usar partes de otros seres vivos. –

– ¿¡Qué!? Eso es impensable, inhumano, ¿dónde queda su ética? –

– Solo obedece, número tres. –

Entre ellos se hablaban con un código numérico, Tres era quien más se oponía a la locura de la doctora, pero su voz no tenía ningún impacto sobre los demás.

– Número tres, el tanque de estasis se descompuso otra vez. –

– Ahora lo reparo, vigila que nada le suceda a la chica. –

– ¿Cuál chica? Solo veo un experimento espantoso. –mencionó riendo.

– Más cuidado con lo que dices, ella sigue siendo humana. –

Tres siempre defendía a la abominación que estaban haciendo conmigo, pese a que la mayoría de sus camaradas solo se burlaban de él por intentar cuidar de un monstruo como yo. Habían noches que Tres se quedaba al lado de mi tanque, durmiendo mientras me protegía y cuidaba mis signos vitales, como si fuera su hija internada en un hospital.

– Tres, la doctora te llama, creo que te van a despedir al fin. –

– Cuida de Arachne. –

– ¿Qué? ¿Le pusiste nombre? Eres un verdadero idiota, Tres. –

Sin hacerles caso, Tres se fue a la oficina de la doctora, mientras yo veía a los demás científicos buscar más animales, insectos y cualquier cosa que lleve su vida lejos de los humanos, para introducirlo en mi ADN y mi cuerpo.

– ¿No te despidió? Le pagaré más a la próxima. –

– Chistoso, pero me dijo que deje de tratar a Arachne como humana y mejor me centre en el experimento. –

– Te lo dije, pero no entiendes. –

– Arachne es humana, yo lo sé. –

– Tres, eres el mejor investigador, ingeniero y genetista que existe, ¿Por qué aferrarte a un monstruo en un puto tanque que ni siquiera sabe de ti? –

– No lo entenderías, ella es más que solo un experimento para mí. –

– ¡Maldición, Tres! Ella ni siquiera sabe de tu existencia. –

No, yo lo sabía, sabía que Tres era una buena persona, alguien de corazón noble obligado a ser una basura por su superior; Tres era la persona más pura que haya conocido en mi miserable vida.
El tiempo pasó, yo seguí siendo un experimento asqueroso para todos, menos para Tres.

Sin lugar en ningún ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora