Bienvenido a Nix

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Al día siguiente y ya con el uniforme de los Nix en su posesión, Khalil se sentía parte de una de las subdivisiones más importantes de las fuerzas especiales.

– Buenos días, Khalil. –

Arkadya ya estaba de pie desde mucho antes que el joven se levantara, esperándolo en la puerta de la habitación en lo que él se cambiaba de uniforme; una vez que se había terminado de cambiar, ella lo llevó hacia la central de capacitación, en donde ya lo estaba esperando Nycte y Sr. Mordiscos.

– ¡Khairiño! ¡Al fin llegas! –

Ella corrió a abrazarlo, pero Arkadya creó un muro eléctrico que mandó a Nycte hasta el otro lado de la habitación.

– Lo lamento, había olvidado que puse eso, cuánto lo siento. –

Nycte miró furiosa a su superior, pero no dijo nada, tomando asiento en el lugar que la misma Arkadya le asignó un segundo después; Khalil se sentó hasta el frente, dejando bastante alejada a Nycte y a su planta.

– Les daré una breve introducción a los Nix. –

– ¿Por qué tú? No eres la jefa. – dijo molesta.

– Soy la segunda al mando de los Nix, además que el Teniente Seth está ocupado en estos momentos. –

– ¿Y por qué precisamente tú? –

– Tranquila, no los haré sufrir... tanto. –

Khalil se había dado cuenta que eran los únicos en toda la sala de capacitación, a pesar de que tenía un espacio muy amplio.

– ¿Por qué solo somos nosotros? –

– El resto de los Nix están en misiones u ocupados en sus tareas diarias. –

– ¿Y tú no tienes tareas diarias? –

– Las completé todas antes de traerlos aquí. –

– Pero ni siquiera han dado las siete de la mañana. –

– Sorpresa, soy así de eficiente. –

Ella le cerró la boca a Khalil, en lo que prendía un proyector con el que iba a mostrar su presentación.
Inició con lo básico, una breve descripción de lo que eran los Nix: la subdivisión más alta de las fuerzas especiales, teniendo más de un millón de agentes por todo el mundo, ya que no solo se trataba de una organización nacional, sino de una mundial; los Nix son capacitados para neutralizar cualquier tipo de amenaza que ponga en juego la seguridad de su reino o la de su ciudad, cuidar de las personas mediante labor social, y lo último, pero más importante, mantenerse leales a la justicia individual y colectiva.

– No entendí esa última parte. –

– ¿La justicia individual y colectiva? –

– Sí, digo, ¿cómo puedes hacer justicia por tu mano mientras respetas la justicia de la nación? –

– No lo haces. –

Los Nix tenían la autoridad suficiente para usar su moral, educación y ética para impartir justicia por cuenta propia en casos de extrema necesidad, de lo contrario, siempre deberán apegarse a la justicia nacional.

– Son como superpolicías. –

– Ja, similar. –

El intercambio de miradas entre Arkadya y Khalil era bastante evidente, poniendo la sangre de Nycte hirviendo a más no poder.

– Prosigamos. –

El entrenamiento de un Nix no solo contaba de una alta exigencia física, sino que también entrenaban la mente a puntos extremos; así como recorrían circuitos que podían matar a una persona normal, se les sometía a diferentes tipos de estrés para fortalecer su tolerancia a este, creando a soldados capaces de actuar sin titubeo en ninguna circunstancia.

Sin lugar en ningún ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora