Sin lugar en ningún lado

Cuando el viento sopla

Durante las semanas de inscripción a las pruebas Bastet, Khalil no paraba de pensar en el ataque ocurrido en el pasado contra las instalaciones de KhalInc; pese a mostrarse tranquilo y relajado, su mente no paraba de procesar las cosas, intentando entender los motivos de los mercenarios a detalle. Hablando con La Dama, Khalil había ido solo hasta la organización de su madre, para finalmente entablar una conversación directa después del caos.

– Ellos sabían que estabas aquí, no hay otra forma de que El Cazador haya atacado de frente. –

– Lo que me inquieta es que me estén buscando por el Desolla Nix. –

– Acostúmbrate, mucha gente empezará a buscarte por el mismo motivo si continúas como tecnomago. –

– ¿Pero por qué? Entiendo que era muy fuerte, pero hasta ahí. –

– Pareces no conocer bien al Desolla Nix. –

– Preferiría no hacerlo. –

Conociendo su situación, Khalil sabía que no podía dedicarse a indagar tanto del Desolla Nix; sin embargo, era el único que sabía de su estado.

– El poder del Desolla Nix es capaz de acabar con los Códices desde la raíz, siendo así el único con un tipo de magia sin clasificar. –

– ¿Acabar desde la raíz? –

– Sí, el Desolla Nix ataca desde lo más profundo y devora la magia, por eso tenía fácil matar a los oficiales de mayor rango. –

– Es decir, ¿Que solo alguien sin magia puede detenerlo? –

– Así es, o en ausencia de alguien sin magia, Nimetön era el único capaz de detenerlo. –

– Conozco a alguien perfecto para acabar con él si se llegara a salir de control. –

Pensando de inmediato en su amigo del bate, Khalil sabía que tenía las cosas bajo control.

– Solo intenta no abusar de su poder, el fuego oscuro del Desolla Nix también podría consumirte. –

– Claro, lo tendré en cuenta. –

Terminando su conversación con algunas hipótesis sobre el ataque, Khalil salió de las instalaciones directo a la calle principal; al estar caminando tranquilo por el pavimento, la mente de Faez no dejó de pensar en ningún momento.

– Si tanto quieren mi poder, ¿no podría entregárselo y ya? –

– ¿Eres idiota? –

Zahakk, desde el brazo robot, empezó a hablar con Khalil.

– Puede que tu cuerpo sea inútil, pero es el único con suficiente potencial mágico para llevarme. –

– Pero si entregarte significa que dejarás de molestar, no veo lo malo. –

– ¡No puedes! No sabes para qué cosas me pueden usar. –

– ¿De qué hablas? –

– ¿Y si me quieren solo para encender chimeneas o para asar carne? –

– Pues yo te uso para salvar gente, no veo porqué te molestaría ser un encendedor. –

– ¿A caso me ves como un maldito encendedor? –

Subiendo la temperatura de Rodog, este último liberó varias inyecciones en el brazo de Khalil para relajar al Desolla Nix.

– Prefiero matar personas con la excusa de que salvas a otro, antes que ser un encendedor. –

– De todas formas, planeo dejar de usar tu poder, solo provocas daños irreversibles. –

– ¡Ese es el punto de dañar a alguien! ¿Por qué dejarías a alguien a medio morir? Y me llamas a mí cruel. –