Charla

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El equipo de tres se encontraba caminando lo más lejos posible de la escena del crimen, perdiéndose entre calles y esperando que nunca los encontraran; entre tanto menearse por las calles, terminaron llegando a una escalera que bajaba directo a una puerta custodiada por un guardia de seguridad. Ellos decidieron bajar lo antes posible hasta allá, con tal de no ser vistos.

- Disculpe, ¿qué hay adentro? -

El guardia miró a Khalil de la forma más fría y amenazante posible, haciendo que los tres tuvieran esa sensación de escalofrío por toda la médula.

- ¡Bienvenidos a Bug Bar! El bar perfecto para inadaptados como ustedes. -

La sonrisa amigable del guardia no concordaba para nada con su cuerpo gigante e intimidante.

- ¿Podemos pasar? -

- ¡Claro! Se ven como raritos de primera, justo nuestro público objetivo. -

El guardia se hizo a un lado, dejando pasar a los tres al bar; por dentro, la cosa era totalmente diferente a lo esperado: un ambiente acogedor como la casa de una linda abuelita; música en vivo tan relajante que incluso habían habitaciones por si quedabas dormido; y un servicio completamente personal, amable y atento.

- Déjenme llevarlos a su mesa. -

- Pero no tenemos reservación. -

- La Dama los estaba esperando. -

- ¿La Dama? -

Khalil levantó sus sospechas un poco, sintiendo que todo se había vuelto algo extraño, preparando a Rodog por cualquier maniobra de destrucción; el mesero los llevó amablemente hasta su mesa en el fondo del bar, encontrándose con que ya estaba ocupada por una mujer; tal y como se esperaría, llevaba una vestimenta digna de alguien que apodan La Dama: vestido con piel sintética de animales, pelaje artificial de algún mamífero lanudo, y unos tacones más altos que la expectativa de vida de sus clientes.

- ¡Khalil! ¡Un placer! -

Bajando a Calli, Faez tomó a La Dama de su mano y la saludo de un apretón; sin embargo, ella no lo soltó, pidiendo que le besara la mano sin decir una palabra. Después de que Khalil le besara la mano, La Dama hizo que tomaran asiento los tres.

- ¿Toman alcohol? -

- Estoy de servicio, así que no. -

- ¡Por favor, Khalil! Ambos sabemos que ya no eres ni volverás a ser un Nix. -

- ¿Cómo sabe de eso? -

Sin prestarle atención, La Dama pidió a su mesero personal que les trajera toda la carta con y sin alcohol a su mesa, para que ellos escogieron libremente el qué tomar.

- Cuéntame, ¿Quiénes son tus nuevos amigos? -

- Primero que nada, ¿quién es usted? -

- Vamos, Khalil, cariño, no me trates como una desconocida. -

Ella usó su brazalete para proyectar fotos que tenía con Khalil de niño, dejándolo entre asombrado y asustado.

- ¿Ese era Khalil niño? -

- ¡Sí! ¡Muy lindo, lo sé! -

Calli sintió una ternura inmensa al ver las fotos, mientras que Matthew solo estaba viendo al piso.

- ¿Por qué tienes eso? Ni siquiera recuerdo haberte visto antes. -

- ¡Pues obvio que no! Fui yo la que te borró los recuerdos. -

- ¿Qué dijiste? -

Los ojos de Khalil se encendieron cual mechas, mostrando la impresión y enojo que sentía en ese momento.

Sin lugar en ningún ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora