12. Vueltas

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Que cansancio... - Falta poco para los exámenes finales, siento que este año a pasado muy rápido.

- Prima iré a ver a Giuseppe - interrumpe Piethro en mi habitación.

- Oye... Deberías tocar antes de entrar.

- De que hablas. Si antes dormíamos y nos cambiaban juntos.

- ¡Éramos niños!

- ¿y por qué ahora es diferente? - lloriquea Piethro

- Porque....

- Porque te crecieron otras cosas.... - interrumpe con una cara pervertida.

- ¡Deja de decir tonterías! - le digo mientras le tiro una almohada a la cara.

- Bueno vístete - me dice cambiando a un tono serio.

- No quiero. La casa de Giuseppe está a unas cuadras. ¿puedo ir en pijama?

- Iremos al hospital.

- ¿Cómo? - digo totalmente exasperada

- Solo alístate, no nos queda tiempo.

Vamos al garaje para desenterrar entre el polvo el antiguo carro de mi padre. Me alegro que no hicieran caso de vender el carro, es más cómodo ir a un lugar en tu propio auto.

Estamos en camino, me pongo los headphones y voy escuchando a los ¨Guns¨(¨Guns N' Roses) tratando de concebir el hecho de que tendré que pisar un hospital de nuevo.

No me agradan los hospitales. No desde que... dejaron morir a An la hermana menor de Piethro, mi prima.

En aquel entonces ella era muy débil, tenía la misma enfermedad que ahora padezco y no pudieron salvarla.

... ¨So never mind the darkness we still can find a way
Nothin' lasts forever even cold November Rain ¨.....


Apagó el iPod alejando mis recuerdos al notar que hemos llegado.

- Giuseppe Mansom. - oigo decir a mi primo a una enfermera mientras yo me siento.

- Quinto piso: sala B: cuarto 32 - dice la enfermera.

Nos dirigimos a la habitación y veo al pobre de Giuseppe con una telaraña de tubos colocados a él.

- Pero... ¿Qué demonios? , Giuseppe ¿Cómo? - digo mientras lo observo con tristeza

- Hola Jaeth... y... Piethro...

- Hola Giu - dice mi primo

- No tenías por qué venir. - le dice fríamente Giuseppe.

- Oye no seas tan cruel, Piethro llego hace unos días y vino a visitarte deberías estar aleg...

- Jaeth - me corta mi primo - déjanos solos.

- ¿Cómo? - pregunto

- Solo un momento primita - y me empuja delicadamente a la salida para luego impregnar sus labios en mi frente.

NO DIGAS ADIÓSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora