* Jaeth y Santiago:
- Jaeth, ¿a dónde me llevas?
- Amor ya casi llegamos.
- Jaeth a dos días de marcharnos, se te ocurre...
- ¡Sorpresa! Feliz Cumpleaños.
- Jaeth wow. Había olvidado por completo mí cumpleaños ¿Tú cocinaste?.
- Si, yo lo hice para ti.
- ¿Y no incendiaste el hotel?. Te felicito.
- oye...¿ espera que haces ?
- Llamando a los paramédicos para después de cenar.
- ¡oye! - reímos.
- Gracias Jaeth. - dice para luego depositar un beso en mi frente.
Santiago toma mi mano y nos acercamos al comedor, luego ayuda a acomodarme en mi lugar y él se sienta.
- Bueno pues... "provecho".
- "Provecho"
Le da el primer bocado y tengo miedo a que sufra una intoxicación de verdad.
- Jaeth ésto está delicioso.
- ¿Lo dices en serio ? - grito con entusiasmo - digo... Gracias. - sonrío.
- que lastima que tengamos que irnos mañana mismo.
- Si... pero estaremos juntos toda nuestra vida.
- Todas nuestras vidas. Tú lo dijiste.
- Es verdad.
De pronto Santiago toma la servilleta para quitar las sobras de su boca, la deja de lado y se arrodilla frente a mi.
- ¡Cásate conmigo!.
- pero ya estamos casados.
- para siempre. Incluso si ya no tenemos más vidas quiero que siempre estés a mi lado.
- si... - respondo susurrando.
- entonces... - junta nuestra frente - eso significa que me amas.
- eso significa que eres sólo mío - respondo.
Nuestras miradas se entrelazan y toda nuestra distancia se acorta convirtiéndose en un fogoso beso.
Santiago toma mi cadera y con delicadeza me carga sin terminar el beso. Me lleva dentro de la habitación para depositarme en la cama. Su camisa desaparece en un abrir y cerrar de ojos, mis pantalones se deslizan fácilmente y de pronto nos encontramos sin nada encima. Puedo sentir todo el calor de nuestros cuerpos con cada roce.
Comenzamos con estocadas suaves y luego la velocidad se incrementa. La lujuria no es nada comparada con el amor. Me aferro a su espalda queriendo más, más y más cada vez.
- Jaeth... eres mía.
¿soy suya? Pues supongo que de alguna manera. Ya que somos uno compartiendo nuestro amor.
- San... San...
El no poder más me consume, adoro que lama mis pezones y le de pequeños mordisco. Quiero más y no se cuando pare todo este deseo y el ritmo de nuestros cuerpos lo dice todo.
- Jaeth. ¡Eres mía!
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NO DIGAS ADIÓS
Romansa"Promesas, promesas y más promesas". Tal vez eso es lo que nos sostiene en este mundo o nos impulsa a seguir, pero las cosas cambian cuando el corazón se entromete y hace que tu rumbo inicial cambie. Nunca pensé construir dos caminos, no fue mi inte...