91. Noche de Bodas

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- Santiago se que fue muy poca nuestra estancia aquí pero nuestro trabajo es primero, así lo decidimos.

- Ya lo sé, pero quería pasar mas tiempo contigo porque cuando regresemos tendremos mucho trabajo y tú volverás a irte de gira.

Santiago esta molesto porque en tres días nuestras vacaciones se acaban y cuando regresemos a Londres estaremos ocupados y no podremos vernos por un mes.

Nos encontramos en Francia desde hace 11 días. Todo a sido maravilloso; de hecho ya nos vivíamos solos en casa pero hacer un viaje con tu pareja es totalmente diferente a lo cotidiano.

Desde que llegamos nos hemos relajado mucho, paseamos sin preocupación de entregar un manuscrito o dando alguna entrevista o concierto. Cada mañana despertamos para enfrentar una nueva aventura y conocer París; cada atardecer la pasamos juntos pidiendo deseos y todas las noches nos decimos cuanto nos amamos, bueno también nos lo demostramos.

Han sido los once días más felices de toda mi vida y me parece irónico que el mejor momento de mi vida sea cuando este casada, pues aborrecía el matrimonio. Ahora sólo nos queda tres días y los aprovecharé al máximo.

Mañana por la mañana le daré una sopesa ha Santiago.

...

- Lila querida, ¿por qué estas tan triste?.

- No tiene importancia Piethro, déjalo.

- Vamos. Soy tú esposo y te amo.

- Temo.

- ¿A qué?

- perderte.

- Hey, hey, hey porque dices eso.

- Fuiste muy sincero con lo de Giuseppe pero yo no sé como esta tú corazón ahora y no se si algún chico podrá alejarte de mi lado.

- jajaja. Lila ¿que cosas dices amor?. Yo estoy casado contigo y lo hice por amor.

- pero igual fuiste a ver a Giuseppe aún cuando estábamos comprometidos y yo no sé que habrá pasado allá.

- ¿No confías en mí?

- ¿pasó algo?

- Nada de lo que de repente te estés imaginando.

- ¿Eso es un si?

- Lila lo de Giuseppe fue hace mucho. Estoy contigo más de 12 años. ¿a que viene al caso hablar de eso ahora?.

- Si me amarás realmente no hubiera pasado nada con Giuseppe.

- ¡Estaba muriendo!

- ¡Y mi corazón también! Es doloroso saber que tu pareja te engañe con su mejor amigo!.

*Piethro entendía la postura de Lila pero aún así él creía que ella lo había tomado de otra manera y lo había apoyado, no sabía acerca de todo el rencor hacia su difunto amigo. Sin embargo, Piethro ama a su esposa y no quiere perderla. Envolvió en un cálido abrazo a su mujer que se encontraba en un río de lágrimas.

- Escucha amor... sé que nunca debió pasar nada entre él y yo. Si quería algo debí terminar contigo primero; pero no quería ni quiero perderte por eso nunca me separe de ti. Ahora eres mi esposa, somos dos adultos de 26 años discutiendo por el pasado y por un difunto. ¿no te parece que no viene al caso ahora que estamos casados y tenemos dos hermosos hijos?.

- Es que yo...

- Somos una familia, jamás te cambiaría por nadie.

*Esas últimas palabras fueron suficientes para que Lila dejará de llorar y correspondiera al abrazo de Piethro. Entonces el abrazo se convirtió en un jugoso beso y solo se separaban para respirar. Piethro tomó a su esposa por la cintura y la also; ella enredo sus piernas en Piethro, éste sin dejar de besarla la llevo a la recámara.

- ¿así arreglamos los problemas? - pregunto Lila con una sonrisa seductora.

- Esto es amor, no problemas. - respondió Piethro mientras depositaba a su esposa en la cama.

Piethro se quitó la camisa mientras Lila se desabrochaba los jeans. Luego se depósito sobre su esposa dándole pequeños besos en el cuello.

Piethro bajo de una toda la ropa de la parte baja de su esposa, bajo el cierre de su pantalón y se quitó el boxer. Tomó las piernas de su esposa para ponerlas en sus hombros y comenzó a dar leves estocadas mientras se agachaba repentinamente para besarla.

- Apuesto a que con Giuseppe no disfrutabas tanto - dijo Lila en medio de la exitación.

Esto tomó por sorpresa a Piethro quien se enojo por que Lila seguía con ese tema. Piethro salió de entre las piernas de Lila, rompió el brasero de esta y comenzó a morder fuertemente los senos que tenía en frente. Lila comenzó a gemir fuertemente y a aferrarse del cuello de su esposo.

Piethro tomó de la cintura a Lila y con suma fuerza la volteo y de una estocada entró en Lila. Esto hizo que ella gritara de dolor y exitación por lo que Piethro le tapó la boca. Prosiguió con las estocadas fuertemente hasta que el recuerdo de su boda se le pasó por la mente. Miro a su esposa, se detuvo y salió de ella. Esta volteo y lo miraba sorprendida pues no entendía que pasaba por la cabeza de Piethro, luego recibió un beso dulce y cálido de este; entonces todo comenzó de nuevo pero como siempre, con amor sin agresividad.

NO DIGAS ADIÓSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora