65. Acercate

77 4 0
                                    

- Hoy es un buen día para desayunar ¿verdad Jaeth?

- Tal parece que volvieron a ser la pareja más risueña del mundo.

- Buenos días chicos.

Santiago en verdad esta muy atento hoy. Bueno en realidad él siempre es así, pero me refiero a que de repente ya se le paso ¨su estado celoso¨. A lo que me recuerda...

- Fiorella, debo hablar contigo ¡Ahora!.

- ¿hay algún problema Jaeth? - interrumpe Santiago con cara de preocupación.

- No te preocupes Santi. ¡Fiorella a mi cuarto ahora!

Al parecer Fiorella también esta asustada y debería; por su culpa Dereck esta en Inglaterra, también es culpa suya que Santiago se ponga extraño. Agradezco que todo haya vuelto a la normalidad pero ella debe entender que hay reglas que seguir y no puede andar contando todo a medio mundo. ¡oh! ¡por favor que no le haya dicho nada a mis padres!.

- Jaeth, se que posiblemente estés molesta pero ante todo, tienes que recordar que somos primas ¡Anderson!

- Fiorella ¿tienes idea de los problemas que me has causado?

- Lo siento pero es que en verdad ese chico era muy insistente y estaba muy trsite.

- Bueno pero apartir de ahora solo tienes que mantener la boca cerrada ante él. Por cierto, tengo una sorpresa para Santiago y necesito que me ayudes.

- oh, esta bien. ¿De que se trata?

- Sólo te diré que tendras toda esta casa para ti sola por dos semanas.

- ¡se irán...!

- ¡silencio! - le susurro mientras le tapo la boca - se supone que él no lo sabe.

- Lo siento - dice ella cuidadosamente - pero entonces que quieres que haga.

- que mantengas la boca cerrada y no le digas a Dereck.

- ¿ni para que se ponga celoso?

- ¡NO!. Escucha pa-pasó algo con Dereck.

- ¡oh! - suelta un grito ahogado - ¿que pasó? - susurra sorprendida

- bueno... nos... nos besamos.

- ¿qué? ¿por qué? y despues dices que yo tengo la culpa.

- No es que haya sido culpa mía - digo con un tono íronico mientras acomodo algunos libros para no darle tanta importancia. - fue culpa de ese maldito que confunde mi cabeza.

- ¿confunde?

- no, bien yo...

- por eso te irás y llevaras a Santiago.

- Fiorella voy con Santiago porque quiero ir con él. Visitaremos a mis padres.

- Bueno esta bien, no diré nada a nadie. Saluda a mis tíos.

- Genial. Volamos mañana.

- Esta bien.

- Bueno vamos con San, debe de estar aburrido excluido afuera.

Al abrir la puerta me encuentro con un Santiago petrificado a punto de tocar.

- Santiago...

- Jaeth, se estaban tardando demasiado.

- ¿hace cuanto esta mi cuñado aquí?

- recién. No se preocupen, no tengo la mas minima idea de lo que hablaban.

Santiago siempre es sincero así que no tengo razones para preocuparme - ven Santi, ahora sabras la razón por la cual demoramos. - lo tomo de la mano y lo llevo al cuarto de música.

En ese momento toco el piano y comienzo a improvisar.

oh mi Santi bello
debo decirte que me haces muy feliz
y por eso debemos ir
al un lugar muy muy lejano
donde nos espera un gras festín

- jaja Jaeth. Que linda.

- Santiago tengo algo que darte. - saco dos voletos de avión de la cola del piano y se los entrego besando su naríz. - viajaremos a visitar a mis padres Santiago, iremos a Alemania.

- ¿qué? ¿lo dices en serio? - esboza una sonrisa - ¿viajaremos? espera... ¿tu trabajo?

- ya hable con Dominik, reprogramaran el festival por unos inconvenientes así que todo esta arreglado para partir mañana.

- wow Jaeth en verdad, estoy feliz. - Sin soltar los boletos se dirige a mi, me da un beso y me abraza. - te quiero mucho Jaeth.

Yo también lo abrazo y le respondo que también lo quiero. En verdad no se me da tan bien las cursilerias pero estoy intentandolo.

...

Santiago y yo estamos empacando para dejar todo listo para mañana. No se exactamente lo que me pasa pero lo observo y comienzo a pensar; Santiago es un chico tan lindo, tan respetuoso y caballero, no quiero alejarme de él. Tal vez yo... ¿lo amo?.

- ¿Jaeth? ¿estas nerviosa por lo de mañana?

No aguante las ganas y corri a abrazar por la espalda a Santiago. Este giro y me abrazo también, preguntando si estaba nerviosa.

- En realidad no Santi, solo estoy feliz.

- Yo también, Gracias. ¿quieres té? iré por un poco.

Antes que pueda tocar si quiera la perilla, tomo a Santiago por el brazo, gira a mirarme. Tómo ambos brazos de mi novio y hago que rodeen mi cintura, lo acerco cada vez más para poder besarlo.

- Santiago, quiero que hagas algo por mi.

- Lo que sea Jaeth. Excepto traerte la luna, eso es muy clásico. - rié levemente.

- ¿Por qué pediría la luna? te tengo a ti - el me mira sorprendido pero felíz; casí nunca le digo o hago cosas por él, tal vez debería hacerlo más seguido. - Santiago, tal vez lo que te voy a pedir te suene algo raro pero quiero tenerte.

- ¿tenerme?

- se que en Alemania tendremos que alojarnos con mis padres, pero prometeme que este viaje será para acercarnos aún más ¿entiendes?. - le digo nerviosa.

Santiago besa mi frente - en verdad no entiendo Jaeth pero hare todo lo posible por hacerlo.

Le pego despacio en el estomago a lo que el ríe, luego nos acurrucamos en un sofá esperando que las últimas cuatro horas de la noche pasen.

NO DIGAS ADIÓSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora